Los criterios en torno a la importancia relevante que tiene Oruro en el consenso económico del país coinciden en niveles gubernamentales y en los del sector privado empresarial, cuando el coordinador de la Agenda Patriótica del Bicentenario del 2025 afirma que los “proyectos concurrentes garantizarán el desarrollo y la productividad para hacer de Oruro el primer pilar del país, buscando el equilibrio armónico de las regiones, para evitar una migración masiva del altiplano al oriente, cada vez más creciente”
En la óptica de los empresarios orureños prevalece la responsabilidad de “ofrecer proyectos concretos, con líneas de producción concurrente para lograr un desarrollo armónico y sostenido de la región”, según apuntó el ejecutivo de la Federación de Empresarios, además que existe un compromiso del Primer Mandatario que intercambió con el sector una serie de ideas para ponerlas en práctica y encarar un verdadero proyecto de productividad.
El intercambio de opiniones y la visión futura de alentar el desarrollo de Oruro pasa por ciertas condiciones importantes de seguridad jurídica, un freno a los avasallamientos de tierras y minas, voluntad política para concluir trabajos en la carretera hacia Pisiga que es parte fundamental del corredor bioceánico que unirá los puertos del Pacífico en Chile y del Atlántico en el Brasil, con una vía que comprende Oruro, Cochabamba y Santa Cruz al Brasil y viceversa y que su habilitación es cuestión de contados kilómetros.
La ubicación estratégica de la región es un factor importante para establecer “un eje natural de distribución del Pacífico y tener la ruta más directa para unir con el Atlántico, sentando dominio y control de la carga en los puertos de Arica, Iquique y Antofagasta, por donde se mueve gran cantidad de mercadería de exportación e importación”. Ese movimiento además fortalecerá el movimiento del Puerto Seco de Oruro, como otra fuente económica que apuntale el desarrollo departamental.
Se enumeran interesantes proyectos y la posibilidad de poner en funciones varios “parques operativos” garantizando la propiedad de tierras necesarias para emplazar los parques industrial liviano y el pesado de Huajara, el eco parque industrial y el primer Parque Tecnológico del país, infraestructura mediana y grande cuya instalación esperan los orureños y el país para concretar de veras el “pilar del desarrollo nacional”.
Muchas de las ideas han sido y son parte de repetitivos “pliegos petitorios” de la orureñidad, algunos marchan a paso de tortuga, otros como algunas leyes y decretos de incentivo a las inversiones industriales están entrepapelados en algún escritorio de la burocracia estatal, mientras que la falta de voluntad política ha retrasado por varios años la instalación del Puerto Seco y la habilitación de la carretera bioceánica por territorio orureño, aparte de la urgencia planteada para impulsar efectivamente los proyectos de economía alternativa con la producción de la quinua y de los camélidos que necesitan mayor impulso exclusivamente financiero.
La minería es reconocida como la base de la producción económica regional pero de invalorable sustento al Erario Nacional, sin embargo es muy poco lo que se hace para fortalecer el sector, garantizando inversiones que permitan la exploración, prospecciones y explotación de las riquezas mineras que por supuesto tendrían más beneficios si se exportan con valor agregado.
Todo un conjunto de coincidencias, un “paquete” maravilloso de proyectos que no sólo están en la fase de pura elucubración, casi todos están de uno u otro modo en la etapa incipiente de su avance futuro que se mantiene estático por la falta de voluntad política adecuada, de seguridad jurídica y garantías pero sobre todo de incentivos financieros que ojalá lleguen más temprano que tarde.
Fuente: LA PATRIA
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