Lunes 18 de enero de 2010
ver hoy
Antigua enseñanza que repitieron los profetas, confirmación del Salvador en el anuncio del reino y tema de gran actualidad ante nuestras debilidades, desvíos y desvaríos. Porque no sabemos cuándo y cómo sucede. Y cuando nos damos cuenta de la terrible realidad es el momento de la enmienda, de la súplica. En tales momentos sólo el amor y la misericordia de Dios pueden devolvernos la tranquilidad y la paz.
Le pasó a Saúl, elegido rey de Israel, a pesar de ser el más pequeño de los pequeños. Y cuando debió cumplir las tareas encomendadas, creyó que él podía dictar las reglas del juego para presentar sacrificios con ganancias y trofeos de guerra que, más bien, ofendían a Dios.
El profeta Samuel le explicó: “¿Quiere el Señor sacrificios y holocaustos o quiere que obedezcan al Señor? Obedecer vale más que un sacrificio; ser dócil, más que grasa de carneros. Pecado de adivinos es la rebeldía, crimen de idolatría es la obstinación. Por haber rechazado al Señor, el Señor te rechaza hoy como rey.
Fuente: LA PATRIA