Jueves 18 de julio de 2013
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Editorial y opiniones
ENTRE COLUMNAS
Néstor Cazorla: Ejemplo de orureño
18 jul 2013
Por: Rodolfo Mier Luzio
Las calles de Oruro, son testigos de su andar tranquilo como su conciencia, de su sonrisa afable y, lo que no se ve hoy a menudo, su don de gentes. Por eso, cuando leyendo LA PATRIA me encontré con tan infausta noticia de su partida a esas playas de donde no hay regreso, me invadió un dolor, mezcla de nostalgia y gran pena.
Néstor, el amigo, compañero y hermano, nos deja un legado de constancia en las metas que él mismo se había propuesto. Como buen boliviano y mejor orureño, contribuyó a mejorar la producción metalúrgica de nuestra patria, convencido que siendo Bolivia un país de gran explotación minera, siempre era mejor exportar metal elaborado antes que mineral, que no siempre ayuda al desarrollo.
Todos debemos partir algún día después de la misión cumplida aquí en la tierra, pero él deja una tarea inconclusa, porque aún tenía mucho que dar, mucho que enseñar. Como profesional había cosechado el cariño y el respeto de sus compañeros de trabajo, porque nunca guardó para él lo que la experiencia le había enseñado, difundía sus conocimientos formando a otros, como presagiando que no le quedaba ya mucho tiempo. Como padre, se entregó a sus hijos, Maurice y Fabrizio, alentando sus talentos como historiadores e investigadores, como intelectuales destacados en la ciudad de Oruro y fuera ella. Como esposo, respetuoso y amante de su compañera de siempre.