Hace 33 años Luis García Meza Asumíó el poder “salvajemente”
17 jul 2013
Fuente: LA PATRIA
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La denominada “bota militar” con angurria de poder tomó las armas aquel 17 de julio de 1980 a la cabeza de Luis García Meza Tejada, para hacerse del poder en forma “salvaje” matando a gente inocente sin piedad, entre ellos opositores, universitarios, dirigentes sindicales y políticos como Marcelo Quiroga Santa Cruz.
Un día antes del golpe a su prima Lidia Gueiler Tejada, los militares planificaron las acciones desde Trinidad, supuestamente para evitar que impere en Bolivia el comunismo y se convierta en un “satélite soviético”.
Los militares firmaron un pronunciamiento a la orden del coronel Francisco Monroy, en la que expresaban su desconocimiento al resultado de las elecciones del 29 de junio de ese año, que dieron por ganador a Hernán Siles Suazo.
Al día siguiente, 17 de julio de 1980, los militares se apoderaron de las ciudades con su poder bélico, tanques y tanquetas causaron el pánico en la población. Mientras que las ambulancias se utilizaron para secuestrar dirigentes. Fue el día que los militares hirieron de muerte a Bolivia.
La mañana de ese día, en la Central Obrera Boliviana (COB), con sede en La Paz, se realizaba una conferencia de prensa para condenar las acciones militares mediante el Consejo Nacional de Defensa de la Democracia (Conalde). Allí estaba el líder socialista Marcelo Quiroga Santa Cruz, quien fue acribillado cobardemente. Paradójicamente, Quiroga fue compañero de colegio del dictador. No solo se contentaron con fusilarlo a sangre fría, sino que también le cortaron la lengua y su cuerpo fue desaparecido.
Tras tantos años de búsqueda, aún es desconocido el paradero de sus restos, aunque existe la presunción de acuerdo a testigos, que su cadáver fue cremado en los hornos de fundición de Vinto. Una prueba de ello, es porque García Meza estuvo en la ciudad de Oruro, un día después del golpe de Estado y precisamente en el lugar señalado.
Los medios de comunicación fueron intervenidos, los dirigentes se declararon en la clandestinidad, mientras los periodistas fueron apresados, torturados y enviados a campos de castigo.
La COB declaró la huelga general indefinida condenando el golpe. García Meza junto a Luis Arce Gómez se convirtieron en miembros del grupo denominado los “zares” de la droga, y condenaron a Bolivia a un endeudamiento sin precedentes, cuyas consecuencias se pagaron duramente durante el gobierno de Hernán Siles, con la denominada hiperinflación.
El dictador pensó gobernar años, sin embargo, la ambición de hacerse del poder entre los mismos militares destruyó sus objetivos. Tuvieron que pasar más de dos años para que la democracia nuevamente impere en Bolivia, para hacer una transición entre una junta militar dirigida por los militares Torrelio, Pammo y Bernal.
Se estima que durante la dictadura de García Meza murieron 150 personas. A la fecha el dictador paga una condena en el penal de Chonchocoro en La Paz.
Fuente: LA PATRIA
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