Organizaciones sociales la recuerdan como fiel luchadora
Falleció Clara Torrico, defensora de los derechos y libertades ciudadanas
16 jul 2013
Fuente: LA PATRIA
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Clara Torrico Medina, profesora y abogada, que desde su juventud militó en el Partido Comunista de Bolivia (PCB) falleció ayer en nuestra ciudad, reconocida como fiel defensora de los derechos y libertades ciudadanas, desde su lucha partidaria y social.
Desde joven militó en el comunismo para ser “luchadora contra la miseria y la injusticia social por mejores condiciones de vida, por la justicia social y la liberación de nuestro pueblo” como narra en el libro “Libres!: testimonio de mujeres víctimas de las dictaduras”, publicado en homenaje a las valerosas víctimas martirizadas durante las épocas de facto impuestas por gobiernos militares, que conculcaron derechos y libertades ciudadanas, como ocurrió durante el septenio Banzerista.
Su militancia fue inclaudicable y durante los gobiernos militares se mantuvo firme y nunca negó ser partidaria del PCB y dirigente comunista, haciendo de su lucha por los derechos y libertades ciudadanas un apostolado, dejando vivos ejemplos, como ocurrió en Achocalla y Chonchocoro, cuando renunció a su libertad “hasta que el último camarada y el último de los presos políticos recobren su libertad”, pidiendo a sus apresadores que no le otorguen ningún privilegio si no hay libertad para todos. Siempre fue perseguida, humillada y reprimida por su convicción ideológica.
Clara Torrico Medina fue la primera orureña que ocupó un curul en el Senado de la República, donde redactó y tramitó la Ley 753 que instituye el Día Internacional de la Mujer que se recuerda el 8 de marzo de cada año, estando vigente en Bolivia desde 1986. Gestó otras leyes y reivindicaciones sociales para redimir derechos de los pobres y perseguidos.
En su actividad profesional se circunscribió a la docencia, siendo profesora en varios establecimientos de la ciudad, supervisora y llegó a desempeñar el cargo de Directora General de Educación en el Ministerio de Educación, siendo jubilada del magisterio y docente graduada en la “Época de Oro” junto a un pléyade de destacados y meritorios educadores.
Como abogada participó activamente en organizaciones sociales llegando a la presidencia de la Asamblea Permanente de Derechos Humanos, donde se ganó el aprecio y estima de los trabajadores, militantes partidarios y gente de diferentes sectores y condición social que acudía a su oficina buscando justicia y respeto de sus derechos y libertades, recibiendo siempre el apoyo de una consecuente luchadora de los derechos humanos. Fue principal impulsora para la unificación de las directivas del Comité Cívico de Oruro, haciendo prevaler el principio del respeto a la institucionalidad para preservar la unidad de los orureños.
La bien conocida “Camarada Clara” fue baluarte y sostén de los comunistas bolivianos, impulsando hasta sus últimos días la formación de nuevos cuadros de la Juventud Comunista, a quienes apoyaba económicamente y además se interesaba de su formación política y doctrinaria para formar líderes comunistas y jóvenes con talento que sepan defender los derechos y libertades para conseguir justicia social, con sana convivencia pacífica como vivía a plenitud y declaraba ser católica practicante.
En vida fustigó el transfugio partidario de sus camaradas que por buscar mejores condiciones y acomodo personal dejaban el comunismo para enrolarse en otras agencias políticas en función de gobierno. Mostró siempre una férrea voluntad como militante del PCB a toda prueba. Podría decirse que fue la última que empuñó la hoz y el martillo de los comunistas de Bolivia y que vivió con humildad y decisión su marxismo militante. Paz en su tumba.
Fuente: LA PATRIA
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