No se utiliza la misma vara para medir a los funcionarios públicos, pues los que caen en infracciones son los de nivel medio para abajo y los que se afirman en la escala superior son los menos afectados con medidas disciplinarias.
En los últimos días se ha conocido denuncias contra funcionarios municipales que abandonan sus labores en horas de trabajo, inclusive responsables de alguna caja en la que se recaudan dineros para el Tesoro Municipal, pero además causando perjuicios a los contribuyentes que deben esperar el retorno de los empleados desaparecidos.
En el mismo municipio se denunció a otro tipo de funcionarios por el comercio irregular de puestos de venta en las calles. Hay otros que cobran un tipo de multas institucionalizadas para mantener puestos de avanzada de sus almacenes en gran parte de las aceras.
Hay de todo, como los que también cometen arbitrariedades en la Gobernación, donde las fallas tienen que ver con incumplimiento de deberes, gastos irregulares, mal uso de documentos y bienes oficiales es decir que en el conjunto de la administración pública hay abierta indisciplina que por supuesto es más notoria entre los funcionarios de menor jerarquía, mientras los subalternos de mando medio para arriba, los jefes y hasta los superiores que hacen manejos irregulares valiéndose de sus cargos, sortean sus dificultades gracias a cierto favoritismo político que impide o disimula las sanciones.
Los servidores públicos en diferentes organizaciones son sujetos proclives a cometer errores, se dice que la causa podría ser los bajos salarios, la falta de capacitación en el desarrollo de ciertas labores, la ausencia de control y también la falta de interrelación y cooperación entre funcionarios de una misma institución donde además se pagan facturas políticas sin que importe la calidad personal y la capacidad funcionaria.
Hay un caso en Oruro, seguramente como muchos en el país, pero preocupa no saber nada sobre medidas adoptadas para poner en orden toda una gestión de la ex prefectura departamental con una serie de irregularidades como obras inconclusas, algunas que ni siquiera comenzaron y se pagaron, proyectos que se demoraron en perjuicio de la población en fin un rosario de cuentas irregulares que deberían ser recuperadas y normalizadas las malas obras como un distribuidor vehicular incompleto y una doble vía en deterioro.
En el ente legislativo municipal como en la asamblea departamental, las incongruencias son permanentes, mostrando irresponsabilidad sensiblemente de parte de quienes hacen mayoría y trabajan incumpliendo reglamentos y elementales normas que no son precisamente las de priorizar los asuntos partidarios y sectarios, sino más bien atender los planteamientos de la vecindad, mejorando las condiciones de vida de los más necesitados.
Los servidores públicos tienen que responder a las expectativas ciudadanas, los policías, los funcionarios de salud en su generalidad, los empleados de impuestos o aduana, los maestros y reiterativamente los que trabajan en la Gobernación y todos los que lo hacen en el aparato municipal, los militares no están excluidos de ésta suerte de brindar toda su atención y seguridad al colectivo ciudadano que a través de diversas instancias costea los salarios de los empleados públicos.
Fuente: LA PATRIA
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