El psicólogo responde

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Licenciada, desde que falleció su papá, a mi sobrino de doce años le gusta leer todo el tiempo. Sé que la lectura es buena, pero el chico no tiene otra distracción. Se queda horas en el baño leyendo, hay que llevarle a almorzar a la fuerza, obligarle a levantarse de la cama, hacerle acostar y apagarle la luz para que se vaya a dormir.

Se podría pensar que es un buen alumno, pero ni eso. Lee cualquier cosa pero no lo que interesa que aprenda en el colegio.

No hace ningún deporte. Quisiéramos mostrarle que hay otras cosas interesantes, pero andamos muy limitados de tiempo, por el trabajo y los otros chicos. ¿Qué se puede hacer?

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Querida amiga:

Es importante saber que cada persona resuelve el dolor de la pérdida de diferentes maneras.

Es posible que tu sobrino se encuentre en una de las etapas que encierra esta resolución de duelo. Existen a veces sentimientos de culpa, ira, enojo, tristeza, depresión, etc.

Además, toma en cuenta que él está entrando a la adolescencia. Etapa en la que un varoncito, a esa edad, necesita de la imagen paterna, para expresar sus sentimientos e inquietudes y abrirse con más confianza, quizás a explorar el tema de sexualidad.

Es posible que estos factores sean la influencia para que tu sobrino tenga este comportamiento.

Es bueno que de alguna forma su madre consiga conversar con su hijo sobre lo que está leyendo, que trate de compartir las vivencias de lo que lee. Darle confianza para que comente lo que le sucede. Y sería muy bueno que exprese sus sentimientos con respecto a la pérdida de su padre, y hacerle saber que él no tuvo nada que ver o menos que tenga culpa alguna.

Y cuando él se abra, escucharlo atentamente, respetando su opinión o forma de pensar, si es necesario, orientarlo.

Por otra parte, es bueno interiorizarse sobre lo que el muchacho aprende, y sacar beneficio de su pasatiempo.

Sugiero que el muchacho y su madre acudan a un profesional, para que tanto el especialista como su mamá, puedan orientar al niño.

Fuente: LA PATRIA