Hay que confiar en el buen criterio de las autoridades municipales para que se prioricen las obras que tengan mayor impacto de beneficio comunitario, con utilidad práctica para la mayor cantidad de pobladores en la ciudad.
Se trata de exigir un gasto adecuado de los recursos de la comuna, de manera que no se pierdan en proyectos menores o que sólo sirvan a ciertos segmentos urbanos y especialmente en el sector o el entorno central de la ciudad.
Los vecinos de barrios marginales critican – con razón – algunas inversiones que llaman “retoques o maquillaje” mientras en zonas periurbanas se carece de servicios básicos, especialmente alcantarillado, agua potable, vías de acceso habilitadas de forma permanente, alumbrado público, áreas verdes y quién sabe hasta algún campo deportivo. Sucede en algunos barrios, pero la mayoría no goza de esos servicios.
Mientras tanto se conoce de obras que se desarrollan con fuertes inversiones, en mejoramiento de algunas calles con asfalto incluido, pero de otras donde ni siquiera se dispone un relleno con grava u otros materiales, la disposición de obras parecería responder a razones sectoriales y no a criterios técnicos y de orden eminentemente social.
Ahora bien, fuera de los retoques hay decisión de encarar obras de magnitud, como el Mercado Central, prioridad número uno, si vale la redundancia explicativa, pero también se asumirá responsabilidad en la construcción del “parqueo municipal”, en los predios que muchos años han estado abandonados y que originalmente debían servir a la edificación de la “Casa Municipal de Cultura” que finalmente se construyó con mayor perspectiva en la zona Este de la ciudad, quedando el predio municipal de la Ayacucho y La Plata como un simple lote para guardar y estacionar algunos motorizados.
Encarar el proyecto de un verdadero parqueo en más de un piso y además “enganchar” posiblemente un comercio de exposición y venta de artesanías es posible y resultará de utilidad imperiosa para descongestionar las calles del centro, permitiendo un estacionamiento temporal todos los días del año, lo que en realidad es también una necesidad de servicio colectivo.
Vale aclarar que no debe descartarse la habilitación de un gran Museo del Carnaval respondiendo a la magnitud de lo que significa la Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad, merece realmente que se desarrolle el proyecto mayor del Carnaval de Oruro con museo, galerías, salas de conferencias, un centro cultural especializado y la infraestructura necesaria para habilitar lo que ya sería el “diablodrómo”, con graderías adecuadas al espectáculo en más de un piso y de larga extensión, con todos los servicios incluidos para miles de espectadores, dando verdadero realce al maravilloso Carnaval de Oruro, proyecto que por supuesto debe ubicarse en la tradicional Avenida Cívica de la ciudad. Esa es una gran idea en la que debería trabajarse seriamente, pues todo lo que se refiere al carnaval debe situarse en una sola infraestructura de apropiado diseño arquitectónico.
Entre muchas ideas se deben rescatar las más prácticas, pensando en grande, tomando en cuenta que nuestra ciudad debe crecer armónicamente pero en respuesta a criterios de avanzada y ya no de obras “parche” que deslucen la proyección del crecimiento urbano, relacionado con expectativas que hagan posible mejorar el sentido arquitectónico de la ciudad y elevando el valor de nuestra cultura y tradiciones.
Fuente: LA PATRIA
Para tus amigos:
¡Oferta!
Solicita tu membresía Premium y disfruta estos beneficios adicionales:
- Edición diaria disponible desde las 5:00 am.
- Periódico del día en PDF descargable.
- Fotografías en alta resolución.
- Acceso a ediciones pasadas digitales desde 2010.