Los extremos peligrosos de las relaciones internacionales
04 jul 2013
Fuente: LA PATRIA
Sin lugar a dudas, lo sucedido en las pasadas horas con el vuelo del avión presidencial boliviano sobre territorio europeo y que transcurría seguro y apacible hasta que “algunos” contactos entre potenciales Estados, obligó a ciertos gobiernos a disponer medidas extremas, como la prohibición del vuelo de la aeronave boliviana por los cielos de Francia, Portugal e Italia, ni siquiera para cumplir un reabastecimiento obligado de combustible en un largo periplo atravesando varios continentes.
Las primeras reacciones sobre el insólito caso, fue de sorpresa y de temores dadas las circunstancias especiales y las condiciones que se presentan con caracteres de emergencia, si se niegan operaciones consentidas por los tratados internacionales, salvo la contingencia de un estado de guerra que fuese declarado formalmente. No era el caso.
Pero hay otra situación, que necesariamente tendrá que ser aclarada, pues aparentemente se estimó la posibilidad de que un controvertido personaje norteamericano que se encuentra en Rusia, sería un adscrito de la delegación y la tripulación del avión presidencial boliviano, el funcionario de espionaje de USA, el Sr. Edward Snowden.
Grave desliz de la diplomacia internacional, que por supuesto sin cumplir con una mínima y obligada investigación y comprobación de “cierta denuncia”, dispuso simple y llanamente la prohibición de sobrevolar por los cielos de tres países y menos utilizar sus aeropuertos, lo que obligó por supuesto a un cambio en la hoja de vuelo para buscar la posibilidad de aterrizaje en Viena, Austria, donde se posibilitó la operación y desde donde retornó la nave boliviana, con su principal pasajero, el Primer Mandatario.
Este hecho que con seguridad será tema de muchas apreciaciones técnicas, operativamente diplomáticas, señalando además las libertades y limitaciones vigentes en los tratados internacionales, los casos de emergencia, las responsabilidades de quiénes lanzan prohibiciones y porque o de quienes las incumplen y ponen en riesgo vidas y alteran el sentido del relacionamiento internacional que contempla una serie de normas que deben ser advertidas oportunamente y con justificación adecuada en caso de su aplicación.
Pasado el mal momento, los gobiernos que actuaron apresuradamente, no tuvieron otra alternativa que reponer las libertades de tráfico para la aeronave boliviana, aunque el problema ya marcó la peligrosidad y la poca confianza que prevalece en lo que para algunos analistas internacionales, es una tarea de rutina, mientras no exista una evidente invasión de cielo internacional.
El impedimento al avión presidencial de sobrevolar el espacio aéreo de Francia, Portugal, Italia y España se ha calificado como un atentado a los tratados internacionales y como no podía ser de otra manera, el hecho abre una reacción diplomática en cadena que involucra especialmente a los países latinoamericanos, pero también a organizaciones regionales como la OEA y la Unasur que ya se pronunciaron condenando el incidente y culpando del hecho al “poder norteamericano”, que todavía no explicó su posición.
En todo caso lo que pasó es una alerta sobre lo que puede suceder, si no se toman adecuadamente las previsiones de cumplimiento de normas específicas para realizar largos vuelos que deben tomar en cuenta los permisos necesarios para reabastecimiento de combustible, como una necesidad imperiosa que no puede ser negada, salvo contingencias de extrema peligrosidad, como refieren algunas de las limitaciones en cielo europeo.
La lección es para aprenderla tomando en cuenta que “nada justifica los medios de presión que se pusieron en práctica en una circunstancia de alto riesgo”, situación que además deberá ser aclarada en la compleja maraña de la diplomacia internacional.
Fuente: LA PATRIA
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