Como hongos en terreno húmedo aparecen más asociaciones de comerciantes con diferentes denominativos y mencionando alguna especialidad se suman a las ya existentes que son parte del numeroso sector de trabajadores gremiales que han copado las calles de la ciudad para instalar puestos callejeros de toda índole mostrando una “ciudad mercado”.
Como las aceras del sector central prácticamente ya están colmadas de una variedad de comerciantes informales, otros comerciantes con el manejo de una buena cuenta bancaria, préstamos concedidos en la banca de fomento y en una asociación especial, se organizan en “asociaciones” para mover grandes negocios pero ubicándose ahora en determinados sectores que se convierten en “ferias” temporales para la venta de variada mercadería, inclusive suntuaria esa que cuesta menos aquí que la mismísima Zona Franca de Iquique.
Recientemente se anunció la instalación de una nueva feria en un sector de la vasta zona Sudeste de la ciudad que estará integrada por comerciantes, microempresarios, artesanos y ramas anexas, este último concepto propiamente sin límites cuando se quieren incorporar socios de cualquier especialidad.
En este nuevo caso de funcionamiento de otro mercado callejero juega papel importante el Concejo Municipal que habría aprobado de manera legal el asentamiento de comerciantes en calles de la ciudad, en las cercanías de la ex fundición Metabol, propiamente el canal emisario del distrito 4 donde se hacían trabajos de adecuación para facilitar la presencia de gente y motorizados que tengan interés en la oferta de los variados comerciantes.
La feria comercial dispondrá de puestos para cerca de dos mil comerciantes que los jueves y domingos estarán exponiendo sus productos, en una abierta competencia con la enorme feria 16 de Julio de El Alto, lo que nos hace pensar en la magnitud de la que anuncia para nuestra ciudad y que quiérase o no será un centro más en el que se venda más de lo mismo, con los productos de contrabando en buena parte y mercadería con pago de algún derecho en la otra parte, es decir que propiamente se completará la semana de ferias, considerando el mercado Kantuta de los martes, miércoles y sábados en el Fermín López, y los otros dos días en la nueva feria, agregando la del Mercado Young en el extremo Suroeste que también tiene su clientela.
La ciudad crece y sus centros comerciales callejeros también lo hacen, con el respaldo de autoridades que implícitamente permiten que Oruro se convierta —como ya se dijo— en un típico mercado persa, caótico, peligroso, desaseado, pero finalmente autorizado para extenderse en la cadena de los mercados que ya son muchos y todos de iguales características en el fondo de su concepción.
No hay mucho que hacer en las circunstancias actuales para frenar lo ilegal y la irregularidad manifiesta que contradice algunos buenos propósitos de ordenar la ciudad, limpiarla de comerciantes informarles, construir nuevos centros de abasto, funcionales y con espacio suficiente para que inclusive los “feriantes” y sus clientes se sientan más cómodos y seguros.
Lo que nos corresponde es lamentar que algunos concejales olviden principios de responsabilidad en el cumplimiento de su labor que debe ser claramente dirigida a eliminar el caos reinante en las calles de la ciudad.
Fuente: LA PATRIA
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