El Presidente está molesto por la actitud que asumió la dirigencia de la Central Obrera Boliviana (COB) de acudir a la Organización Internacional del Trabajo (OIT) para denunciar supuestos abusos de su Gobierno contra los trabajadores, al habérseles descontado por los días de huelga. Pero, esa molestia no puede traducirse en un desconocimiento del liderazgo de los mineros en el movimiento obrero sindical del país.
Los trabajadores sindicalizados que trabajan en los centros mineros dependientes del Estado, son en este momento los que aportan a la economía nacional, pese a las fallas en el sistema de administración y el exceso de trabajadores que dispuso Comibol; con todo, las pocas o muchas ganancias van directamente a las arcas del Estado y no a particulares.
No sucede lo mismo con los cooperativistas, quienes en realidad son empresarios privados que venden su producción al Estado; en este caso, las ganancias se quedan con los cooperativistas quienes a su vez, contratan a otros obreros para lograr una producción que les garantice ingresos mayores para esos empresarios.
Viendo las cosas desde esa perspectiva, la tradición de la Central Obrera Boliviana, contó siempre con la fuerza de los mineros asalariados que está más apegada a la razón de ser de una organización obrero-sindical. Por lo tanto, tratar de desconocer el liderazgo de uno de los sectores tradicionalmente combativos, que son los que componen la COB es un despropósito. Es como si se quisiera desconocer al campesino labrador y apoyarse en los latifundistas o en los dueños de minifundios. Las organizaciones sindicales, de cualquiera de las áreas de trabajo, siempre tienen en sus filas, a las bases que reciben un salario y no a quienes pagan esos salarios, lo que los convierte en patrones.
El Presidente dijo que “es importante recuperar esa imagen (la del minero y el guardatojo), yo diría a la cabeza de las cooperativas mineras de Bolivia, que nuevamente ese guardatojo sea respetado y querido por el pueblo boliviano".
Considero, que es un nuevo error del oficialismo, Porque no se logra un apoyo sincero e incondicional de los trabajadores de base al llamado proceso de cambio, combatiendo y desconociendo a los obreros. Ese apoyo “incondicional” de los cooperativistas es recompensado con la entrega de concesiones mineras que hasta mayo de este año alcanza a 375.073 hectáreas, es decir siete veces más que en 2006. El lunes 3 de junio, Morales adjudicó un depósito estannífero a cooperativistas de Catavi. En esa oportunidad el dirigente de las cooperativas del norte de Potosí, garantizó “que vamos a arrasar en las elecciones de 2014”. La declaración no es más que un “agradecimiento” por ese obsequio. Ese hecho lleva a que cualquier ciudadano se pregunte: ¿Se apoya al verdadero trabajador minero y a los obreros del país? O se está comprando los favores de los pequeños empresarios mineros (cooperativistas), privatizando, en esa forma, el liderazgo sindical que tendría que ser el sustento de cualquier gobierno que se autocalifica de socialista del Siglo XXI.
Por lo menos...esa es mi opinión.
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