La opulencia que quiere demostrar la dirigencia nacional del Movimiento Al Socialismo (MAS) en oportunidad a la posesión del Presidente de la República con la inversión de un millón de dólares americanos, no coincide con la pobreza que sufren muchos sectores de la población, pobreza que arrastramos por décadas, sin que haya atisbos de mejor calidad de vida.
Un país como el nuestro sólo superando en los índices de pobreza a Haití, que no está logrando su verdadero desarrollo económico con el denominado "cambio", no puede darse el lujo de mostrar opulencia a representantes de naciones amigas que están siendo invitadas para el 22 de enero próximo, conociendo nuestras limitaciones cuando es patente la falta de caminos, hospitales, escuelas, cargos para profesores y cuando muchos trabajadores salen a las calles o recurren a huelgas exigiendo el pago de salarios o son lanzados de sus puestos de trabajo sin justificación o por el hecho de no pertenecer a las listas del MAS.
La actitud desequilibrada del Gobierno es criticada en todos los niveles, incluso en su propio partido, expresando que en la anterior posesión se dispuso 100.000 dólares, lo que es contraproducente el presupuesto para el 22 de enero, posesión que volverá a realizarse en Tiahuanacu; con la concentración de miles de campesinos y la presencia de autoridades extranjeras invitadas.
Conviene una reflexión sincera sobre la manera de hacer política en Bolivia, debiendo comenzar con reconocimiento transparente de la influencia de valores tanto ético, moral y manejo adecuado de recursos económicos que contamos, sin que tengan vicios predominantes, especialmente, desechando el burocratismo y la influencia excesiva de funcionarios en asuntos públicos que son del pueblo, gastando millones de dólares en actos que si bien son importantes, pero no necesarios teniendo a una comunidad hambrienta, por el accionar o forma de transitar y manejar la cosa pública que tiene que ver con el concepto que se tiene del Estado, del control y manejo de asuntos públicos que acusan a tendencias de la imposición autoritaria frecuentemente irracional, para utilizar dineros exagerados en una ceremonia que puede durar apenas dos horas, existiendo enormes etapas que constriñen el corazón y laceran el alma, con tanta pobreza dibujada en rostros de mujeres y niños del altiplano que llegan a ciudades para estirar la mano pidiendo un mendrugo de pan, mientras sobresaldrá la opulencia con riquísimos manjares y bebidas.
Como resultado de este análisis, se advierte el clientelismo como valor predominante de la pobre moral de quienes nos gobiernan saqueando el presupuesto de la Nación con resultados negativos para el desarrollo de una administración eficaz y honesta, Es así que los valores éticos se integran a la gama de comportamientos políticos para convertirse en lealtad a una sala persona o a un grupo de burócratas que conforma el gobierno del MAS.
(*) Periodista
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