El otro día me encontraba en el lecho del dolor, víctima de extrañas calenturas y retortijones cuando providencialmente timbró el teléfono que está en mi mesilla de noche y hoy se halla convertida en sucursal de la Farmacia “El Inca” por la variedad de hierbas medicinales y medicamentos producidos por importantes laboratorios de Estados Unidos, Alemania, India y Australia.
Con el cacho de fuerza que me quedaba levanté el auricular y reconocí la voz de mi tía Clothilde von Karajan Quiroga y así conversé con ella.
-Queguido sobrino von Paulus, te llamo porque adiviné que estabas enfegmo pogque la televisión eugopea nos hizo sabeg de que en Bolivia se han descubiegto toneladas de medicamentos en mal estado, y con fechas de expiración coguegidas y aumentadas.
-Así es tía Clothilde y a raíz de haberme medicado con algunos de esos productos estoy con kechalera y muy extrañas calenturas.
-¿Qué enfermedad es esa que tú llamas kechalega?
-¡Cómo no vas a saber si tú eres cochabambina y has vivido en la llajta hasta que eras jovencita!; kechalera es pues diarrea, y para la gente fina como nosotros es la famosa colitis.
-¡Pobrecito sobrino mío! Es una enfermedad muy mala, ¿y desde cuándo te encuentras enfermo de kechalega?
-Hace muchos días, desde que le compré a una cholita que vendía en las cercanías del mercado Rodríguez una medicina que se había llamado “Chorrillana” fabricada en Chorrillos, República del Perú.
-¡Qué bagbaguidad!, ¡cómo se te ocugue comprar medicamentos a una cholita que vende en el suelo junto a otros productos alimenticios!
-Es que yo tengo mucha confianza en las cholas pues ellas siempre me han curado mis males y dolencias y una de ellas fue hasta mi enfermera y me frotaba mis “ttusus” con sus menjurjes y pomadas.
-¿Qué quiegue decig la palabra “ttusus”?
-Pantorrilas, pues, ¿acaso nunca te han “ttuseado” en los cines de Cochabamba”
-Cuéntame, sobrino, sobre el negociado de las medicinas en Bolivia, que me parece escandalosos y hasta criminal.
-No dramatices tanto tal cosa, tía Clothilde, porque este asunto ya se realizaba desde hace cinco años o más y esos medicamentos los venimos utilizando desde hace mucho tiempo sin que las autoridades respectivas descubrieran ese tremendo atentado contra el pueblo de Bolivia.
-Aquí en Alemania es difeguente, sobrino. En primeg lugag aquí se producen las mejogues medicinas del mundo porque aquí funcionan los labogatoguios Bayer, descubridores de la aspiguina Bayer y pog eso decimos “si es Bayer es bueno”; después nuestras autoguidades controlan labogatogios, comerciantes en fármacos y pog último las Apotecas que quiegue decig “boticas”.
-Ay, ay, ay, ay, me duele la barriga y la cabeza y los pies, menos mal que viene ahora mi cholita enfermera que me pondrá una inyección de Pinchaculina que cura todos mis males sin pedir permiso al Ministerio de Salud Pública y Deportes.
PAULOVICH
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