En ambientes húmedos y hacinamiento viven cientos de internos en la cárcel de San Pedro

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La característica primordial de los ambientes de la cárcel de San Pedro, es la humedad de los techos y de las payasas donde duermen los internos de esa penitenciaría, es la cruda rea-lidad de cientos de personas que viven hacinadas y en condiciones infrahumanas en un lugar que supuestamente debería servir para ayudar a aquellos que cometieron delitos a reincorporarse a la sociedad, pero a simple vista sucede lo contrario.

Decimos que al parecer es al revés debido a que se observa a personas que gritan e insultan a quienes ingresan al lugar para ayudarles, muchos de ellos se acercan a pedir una ayuda económica, otros se acercan para comercializar el producto de su trabajo realizado dentro del penal como es la fabricación de cepillos para lustrar zapatos y, otros se quedan mirando como si no les importase la vida que llevan.

Uno de los internos pidió que se les brinde durante el día, de forma obligatoria, terapia ocupacional para evitar pensar en las cosas que les sucedió y de alguna forma para que cambien el modo de pensar ante la forma en la que deben sobrevivir dentro del recinto penitenciario.

En todos los cuartos existen “chulupis”, insectos que aparecen por la humedad y la suciedad, con los que deben compartir los ambientes y acostumbrarse a su permanencia debido a que no se realiza el fumigado para evitar el contagio de enfermedades, especialmente en la época de invierno.

Los responsables de las cinco secciones coincidieron en solicitar una mejor atención referida a alimentación, salud y condiciones de vida al director del Servicio Departamental de Salud, Johnny Vedia, quien realizó una inspección al lugar junto a funcionarios de la institución para verificar la situación en la que viven para evitar contagios de infecciones respiratorias y otras como la meningitis que provocó la muerte de dos presos en la cárcel de San Pedro de La Paz.

Otra de las secciones en las que se pudo advertir la mala situación en la que deben vivir, es la cuarta, donde se encuentran mujeres, muchas de ellas viven con sus hijos; 27 niños de entre 10 días a 9 años, quienes deben dormir en una habitación de dos metros por un metro cincuenta, donde caben cuatro supuestamente camas y, en algunos casos, en horas de la noche, una persona debe tender su cama en el piso.

Hablamos de supuestos catres debido a que son cuatro tablones donde se colocan maderas en las que deben ubicarse payasas bastante utilizadas para formar una especie de cama donde duermen las mujeres con sus hijos, entre dos a tres menores.

Pero no son los únicos problemas que atraviesan los internos, en la quinta sección los varones deben dormir en payasas tendidas en el piso y previamente deben colocar una especie de techo de nylon para evitar que las gotas que caen del techo les impida dormir, esto debido a que algunas lavanderías se encuentran en la parte superior de la habitación, no existen respiradores en estos ambientes donde tampoco tienen ventanas.

Este es simplemente uno de los aspectos negativos de la cárcel, existen muchos otros como el maltrato a los internos que fueron denunciados a las autoridades y medios de comunicación que lamentablemente no pueden ser probados ante algunos efectivos policiales que abusan de su autoridad contra los privados de libertad.

Fuente: LA PATRIA