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Domingo 16 de junio de 2013

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Revista Dominical

Hospital San Juan de Dios

16 jun 2013

Fuente: LA PATRIA

Por: Marlene Durán Zuleta

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En la historia de los hospitales de 1809, está registrado que “el primer hospital Loayza para mujeres no solo se construyó en La Paz, sino también los de Oruro y Cochabamba, actualmente inexistentes”(1).

La Honorable Municipalidad de Oruro, tenía bajo su tutela a la denominada Beneficencia, entre otros al Hospital San Juan de Dios. Había responsabilizado de la misma desde 1884, a la congregación religiosa denominada “Hijas de Santa Ana”. “Integrantes de esta misma comunidad habían llegado a Bolivia “por decisión del Concejo Municipal en 1878, fue un acontecimiento importante en la historia de los hospitales de La Paz y, por tanto, del hospital de clínicas la ciudad de La Paz” (2).

En Oruro, de acuerdo a contrato de minuta administrarían hasta el 31 de diciembre de 1920. Los enfermos que atendían se habían multiplicado porque no solamente eran de la ciudad, venían de otros departamentos, de minas próximas y en ocasiones llegaban del exterior.

En el informe del Presidente del H. C. Municipal de 1891 se advierte que las hermanas de Santa Ana ya prestaban servicios. A la conclusión del año, señalaba que al estar a cargo del hospital San Juan de Dios, proporcionaban un monto de dinero, sin embargo ese año debido a la influenza, se hospitalizaron más enfermos. Al haberse agotado el presupuesto, recurrieron a un decreto que otorgaba una cantidad adicional. Es decir, nada impedía para que el espacio que albergaba a los enfermos muestre interés y permita en lo posible no tener pérdidas humanas. Quienes acudían para tener servicios, no se sentían desamparados, hidalgamente el hospital San Juan de Dios, estaba presto a auxiliar y atender por seis hermanas de la Caridad (Santa Ana), venidas a Oruro según contrato formulado por escritura pública, cuyo plazo terminaba prontamente. El cuadro sinóptico permitió observar según el “Practicante 1º Reinerio Belzu que durante el año de 1892 se internaron 2.415 hombres, se curaron 2.357, murieron 38, quedaron a curarse 20, haciendo un total de 2.415. El mismo tiempo fueron atendidas 1.050 mujeres, salieron curadas 1.010, fallecieron 23, quedaron a curarse 17, total 1.050, sumando ambas cifras, se atendieron 3.465 enfermos”(3).

En el informe de la gestión de 1893, existía una observación: “Contamos con parajes apropiados en que podría construirse un nuevo hospital, consultando modernos adelantos, fáciles de realizar por el ferrocarril” (3).

En 1899 existía la queja de pedidos de medicamentos ocasionando desembolsos considerables, el Dr. Adolfo Mier sugería normar inspecciones del hospital.

El enorme aporte que realizó el Concejo Municipal en 1900 fue dar inicio a la construcción del Nuevo Hospital. Los Concejos desde 1900 hasta 1903 sostuvieron hasta la conclusión del mismo. “A ello responde el hecho práctico de una construcción que, con toda economía, pueda costar de 150 a 200.000 bolivianos, a ser erogados por el Concejo, en un periodo de cuatro a cinco años”(4). Se iniciaron obras con la base de 13.000 Bs., se sumó la venta del viejo hospital. Es necesario aclarar que el señor “Prefecto del Departamento don Alfredo Ascarrunz y el señor Ricardo Vargas, mediante concesión gratuita hecha por el primero, de la cantidad de agua necesaria para el surtidero y de una sección de cañería, y la eficaz colaboración del segundo en la dirección de este trabajo fue fundamental”(5).

Corriendo el año 1900, el informe del Dr. Adolfo Mier señala: “A consecuencia del combate del Segundo Crucero, en las inmediaciones del pueblo de Paria, los muchos heridos de ambos ejércitos, demandaban asistencia urgente de parte de la Municipalidad, ordenadora del pago del servicio de Beneficencia en el Hospital de San Juan de Dios. Nuestro hospital hace años que se transformó; se votaron todas las covachas, y está muy regularmente asistido, siendo de advertir que en toda la República ningún Hospital tiene un salón de operaciones como el de Oruro”(6).

En 1903 se elabora una Minuta de rescisión de contrato por el incumplimiento de trabajo en la entrega de tiendas en el “tercer patio del Hospital de San Juan de Dios, en la parte que da a las calles Washington y Ayacucho”, con el contratista C. Ortuño.

Sin embargo, la presencia de los apoderados Máximo Arellano y Pedro Verástegui anteceden para elaborar un nuevo testimonio y dejar como fianza el bien inmueble del señor Pedro Verástegui situado en calle Potosí y Junín, emitiendo un nuevo contrato para proseguir con la construcción del Mercado Público, Hospital, Teatro y Escuela Central, compromiso firmado ante el Notario de Primera Clase José L. Baldiviezo.

El año 1906, al haberse iniciado las obras del nuevo Hospital San Juan de Dios en abril último, se dejó los ambientes anteriores, era un espacio reducido, local que el H. Concejo cedió gratuitamente al Gobierno para la construcción de la Escuela de Minas, (hoy edificio Centenario de la Facultad Nacional de Ingeniería) con aprobación legislativa.

Para la construcción del hospital hasta la fecha (1907) se había erogado “Bs. 47.019,51 cts. Incluyéndose los valores de expropiación de varias casas y terrenos, la compra de cien mil ladrillos, cincuenta mil adobes, cal, tres carros de madera Oregón, un deconville, por la suma de 14.265”(7).

El Hospital San Juan de Dios desde que inició actividades a favor de los habitantes que vivían en Oruro, amparó a todos los enfermos, en 1906 llegó a multiplicar el estipendio e incluso “aumentó el número de hermanas de la caridad”(8). Los responsables que asumieron funciones abnegadas eran los galenos Rosendo Bullaín y los hermanos C. y Félix Suaznábar.

Iba implementándose de cosas, se entregó un reloj de pared. La botica del Hospital San Juan de Dios, tenía un surtido completo de medicamentos y un instrumental de cirugía.

En septiembre del 1907 y cumpliendo deberes fallece el Sr. Rosendo Bullain, por su abnegada labor recibió homenajes, hoy una calle lleva su nombre por el ejemplo demostrado en el cargo de Jefe del Hospital. Ante esa súbita ausencia asume ese cargo el doctor Félix Suaznábar y es nombrado como subjefe el doctor Félix Knaudt.

Considerando que existían muchas necesidades en el hospital San Juan de Dios el señor Adolfo Weider entregó en calidad de donación un generador de oxígeno y la señora Albina de Patiño se aunó a esa atención proporcionando un armario de madera que sirvió para los instrumentos de cirugía.

Personas ajenas, no dudaron y dejaron parte o toda su herencia a favor del hospital, como el señor Fidel Vargas Sierra antes de su deceso en Tacna, donó a las arcas del Tesoro Municipal 6.295.50 Bs. sirvió para adquirir e instalar un equipo de fisioterapia (1915).

Otra donación efectuó la Sra. Ramona P. v. de Villanueva, no se precisó el monto, el apoderado legal debía realizar trámites para hacer llegar el legado al Hospital.

Es necesario resaltar la generosidad del Sr. Juan F. Luzio que donó restos de una maquinaria de la empresa de “Lavandería a vapor” y fue utilizado en el hospital San Juan de Dios.

En 1917, sostener las casas de Beneficiencia (Hospital, Hogar Penny, Asilo), demandaba casi la cuarta parte de ingresos municipales, erogación fuerte que merecía la necesidad de algunos informes.

Internamente se habían realizado algunas modificaciones, médicos cirujanos, practicantes, matrona y hermanas de Santa Ana, asumieron con responsabilidad su deber. La Sociedad Antoniano Vicentina asumió gastos para adecuar uno de los salones de Administración al espacio de maternidad.

En 1926 se puso en vigencia el Reglamento de Enfermeras, la posición que jugó la Vda. del Presidente Severo Fernández Alonso fue pieza primordial en el inicio de los hospitales de Bolivia.

El Presidente del Consejo Municipal Sr. Leoncio Suaznábar, recomendaba que el informe del Jefe Médico del Hospital sea tomado en cuenta por los munícipes para evaluar la construcción de salas especiales.

Para: botica, enfermedades contagiosas y eventualmente se atienda un siquiátrico antes que el o los internos sean trasladados a Sucre. En once meses se había atendido a 3.085 enfermos.

El benefactor Juan B. Minchín dejó mil libras esterlinas, equivalente a 13.660.64 Bs., cobradas por el señor Félix Avelino Aramayo, legado a favor del Hospital, motivando que ese monto adicional sea erogado en requerimientos prioritarios del nosocomio.

Los medicamentos eran adquiridos del exterior y algunos se compraban en el país. Este año (1925), precisamente se había recibido colaboración de la Empresa de Luz y Fuerza para instalar un calefón, el agua caliente era de gran ayuda.

Existían observaciones en razón de que una gran parte de enfermos llegaban de las minas, ni siquiera de los comprendidos en esta circunscripción municipal, sino de todos los asientos contiguos que están dentro de limitaciones departamentales, sus empleadores ricos propietarios de minas, no hacían ningún aporte para solventar gastos necesarios de atención.

“El Mariscal Antonio José de Sucre, el 9 de febrero de 1826, dictó el primer reglamento general de hospitales”.

Otra llamada de atención en el presupuesto del año 1926, se instruye y se crea una oficina de Higiene Municipal, llegó a funcionar en la planta baja del Palacio Consistorial exoficina del notario, la nueva sección funcionó con 16.440. Bs. El personal constaba de un director, un médico auxiliar y un ayudante bajo la tuición del distinguido galeno Claudio Calderón Mendoza.

El Hospital San Juan de Dios, de a poco fue entregando nuevos pabellones destinados a otras especialidades y un ambiente para la morgue. Se dejó bajo la dependencia de un Director, galenos y personal administrativo que creció con el transcurrir del tiempo. Sin embargo, este sanatorio por la demanda de necesidades, planificó atender de forma gratuita y otra pagable.

Es destacable la labor de la orden de San Juan de Dios, en apoyo a los pobres y necesitados, en síntesis una casa abierta a la caridad.

Referencias:

1. Diario Página Siete. 24 de marzo 2013.San Juan Evangelista y Landaeta. Los primeros nosocomios de La Paz, antecesores del Hospital de Clínicas.

2. Memorias de los Presidentes de Concejo Municipal de Oruro. Año 1884.

3. Idem

4 .Idem.

5. Vargas, Alfredo. Prefecto del Departamento. 1905.

6. Memorias Presidentes Concejo Municipal de Oruro.

7. Idem.

8. Idem.

Fuente: LA PATRIA
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