Luego del show mediático impulsado por el Presidente de Chile, Sebastián Piñera que se trepó al viejo trencito que saliendo de Arica llegaba a La Paz, eso era en otros tiempos, porque actualmente esa travesía es sólo de buenas intenciones, pero que deben cumplirse en razón de verdades escritas en un Tratado cuyo contenido garantiza la vigencia del servicio ferroviario entre Arica-Chile y La Paz- Bolivia.
Sucede que las fechas que obligan a recordar hechos importantes están en más de los 100 años, como la demanda marítima boliviana con mucho más de un siglo de permanente reclamo y en ese trajín cumplió también 100 años la inauguración del servicio ferroviario que comenzó a operar en Arica justamente un 13 de mayo de 1913. Ese entonces se cumplió una ceremonia especial y los más altos representantes de los dos países dieron la partida al “trencito” que debía circular con frecuencia permanente entre el puerto chileno y la sede del gobierno boliviano, cumpliendo parte del Tratado de 1904.
Por efecto de las actas de compromiso que se suscribieron en ocasión de la puesta en marcha del tren hacia La Paz, se estableció que después de 15 años de usufructo del sistema por parte de Chile ese país entregaba en propiedad a Bolivia toda la estructura ubicada en su territorio, lo que si bien se cumplió en el año 1928, no comprendió la parte específica de locomoción del trencito que favoreció al crecimiento de Arica.
En la misma ocasión delegados de ambos países firmaron nuevas actas con el fin de establecer oficialmente la transferencia de bienes a Bolivia, aunque ya entonces se detectó mala intención pues la infraestructura de rieles y otros correspondían a un modelo de “trocha angosta” que tuvo que sustituirse después con inversiones bolivianas para permitir el servicio hacia Arica.
Indudablemente que entre los acuerdos, actas y protocolos que se firmaron en torno al ferrocarril Arica – La Paz, se incluyó una recomendación para que la administración ferroviaria en un tiempo prudencial fuera compartida por personal boliviano. Algo parecido consta en otro documento con referencia a la administración del Puerto de Arica, situación que se le recordó a Chile para que disponga su cumplimiento. Ninguna de las recomendaciones tuvo ejercicio regular y legal.
El Presidente Piñera, ocupando un espacio del tren Arica – La Paz, informó sobre la rehabilitación del tramo que le corresponde, lo que por una inspección realizada muestra que no es evidente y que de todos modos hay serias deficiencias en los dos tramos, vale reconocer que también en el nuestro hay problemas, por tanto se trata de otra falsedad latente.
Pero el hecho claro sobre este asunto, así como pregona Chile que no tiene “nada pendiente para tratar con Bolivia”, salta a la vista como lo señala un comentarista, la parodia del Presidente Piñera anunciando la rehabilitación del ferrocarril entre Arica y La Paz, apenas cubrió el tramo chileno, por tanto el tren de marras no cumplirá los objetivos establecidos en más de un tratado.
Precisamente merece mención un documento complementario al Tratado de Paz que rescata el resultado de una Convención realizada en 1905 que define la construcción del ferrocarril Arica – La Paz para que sea “el medio efectivo del transporte de mercancías de Bolivia hacia el mar y viceversa” respetando todos los derechos que sobre el tema debe reconocer actualizadamente el Gobierno de La Moneda.
Fuente: LA PATRIA
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