La población orureña, particularmente los sectores vecinales, viven un tremendo vía crucis porque ya no es posible contar con la ansiada vivienda donde puedan convivir con su familia.
Quien se afana con hacer realidad su propia casa, debe andar de Herodes a Pilatos para que las autoridades llamadas por ley aprueben sus planos y den vía libre a la obra.
Lo que es peor y llama la atención, es ver a los vecinos vivir entre la cruz y la espada, al tener que lidiar con los avasalladores y los mismos personeros de la Municipalidad.
Esto es evidente al advertirse que los avasalladores cuentan con el aval de personas vinculadas al Gobierno, al extremo de tener a uno de los principales instigadores como Presidente de la Brigada Parlamentaria, quien junto al señor Luis Alegría, están acusados de ser los causantes de los hechos que dicen mal del régimen presidido por Evo Morales.
Por otro lado, en el ámbito edilicio, también existen funcionarios propensos a cooperar con aquellos que se apropian indebidamente de terrenos, llamando la atención el silencio del Concejo Municipal sobre esta arbitrariedad, ya que el presidente de este ente, es militante del Movimiento al Socialismo.
El dramático peregrinar de los verdaderos dueños de lotes, no siempre es escuchado en toda su dimensión, siendo trágico ver a señoras y sus hijos derramar lágrimas de impotencia al ver cómo los avasalladores se apropian de lo que no les pertenece.
Esa acción ilícita es criticada por el ciudadano común, corriendo el riesgo de ser atropellado por los avasalladores que caminan orondos por las calles cual si fueran dueños y señores de Oruro, producto de su arbitrariedad.
Es inaudito que en pleno siglo XXI, se produzcan actos vandálicos y delincuenciales por gente inescrupulosa en contra de quien con mucho esfuerzo logra construir su vivienda.
Frente a ese estado de cosas, será oportuno que la señora Alcaldesa, doña Rossío Pimentel, dando muestras de su apego al sufrido pueblo de Oruro que le dio su voto en las urnas, se ponga las pilas y no deje que crezca la cadena de avasallar lotes de propiedad privada.
Para ello, el Gobierno Municipal debe poner en vigencia un catastro urbano que dé seguridad al ciudadano, quien, se sentirá confiado de contar con su terreno y así construir su casita.
Esto es importante, porque no puede ser que la ciudad de Oruro, carezca de este instrumento regulador ya que municipios más pequeños como Challapata y otros por ejemplo, tienen catastro y allí no hay problema para urbanizar la población.
Asimismo, el señor Fiscal de Distrito, debe actuar decididamente protegiendo el derecho legítimo de quien es el verdadero propietario, aplicando el castigo que la ley impone contra todas esas personas acostumbradas a cometer irregularidades.
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