Jueves 06 de junio de 2013
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El camino es pedregoso en el trajinar, pero nos llena de satisfacción el haber transmitido sabias enseñanzas, aunque poco o mínimamente se valoren. ¡El Deber Cumplido!, de impartir experiencias vividas durante el transcurso de tu vida profesional en el ámbito educativo, debe "ennoblecerte y engalanarte". Y ¡nó! debe influirte la "ingratitud y desconsideración" de la sociedad. "Jesús" gran ¡Maestro!, enseñaba mediante parábolas en las sinagogas, y todos/as admiraban y deseaban aprender de El, pero ¡qué ingratitud e ironía!, le propiciaron la muerte en la cruz. Lo más trágico fue que el discípulo, ¡Judas!; fue quién le delató ante sus enemigos, para que lo apresaran y le dieran la muerte.
Sólo debe quedar la satisfacción de haber dejado huella en la niñez y juventud. ¡Tú!, solamente ¡tú!, sabes que forjaste con paciencia, denuedo y esperanza la semilla, que dará frutos y que serán buenos. Talvez, no recuerde quién fue el que sembró la semilla, pero sabemos que hubo un gran maestro/ a, que por el tiempo transcurrido, quedó en el olvido y anonimato.