En todos los países con intereses globales se encargan estudios de prospectiva para tener una idea del futuro y trazar luego algunas líneas maestras de la política internacional o aunque sea para saber qué plazas son seguras para la inversión.
Lo que hace la CIA cada cuatro años no es raro, pues también lo hace Inglaterra, la China y la India. Es posible que lo hagan otros países también pero no con el detalle académico y la acuciosidad del organismo de seguridad, que trabaja en base a datos reales y no con aquellos que son solo expresión de deseos electorales de algún presidente.
El estudio de la CIA se llama Global Trends 2030 y está en la Red. Es un mamotreto que vale la pena leerlo, deben hacerlo sobre todo aquellos a quienes les cuesta creer que el llamado imperio, aquel temible gendarme de la guerra fría, está cada vez más débil.
Veamos un par de indicadores escrutados por la CIA. La parte que a occidente le toca de la economía mundial va a pasar del 56% actual a un 25% en 2030. Es decir que, en menos de veinte años, occidente perderá más de la mitad de su preponderancia económica. La debilitación del imperio ya ha comenzado y, si quieren darle fecha, es el mes de septiembre de 2008 cuando Bush Jr. se vio embestido por el tornado financiero que originó la desaparición de Lehman Brothers y entregó a Obama un país debilitado no solo financiera y económicamente sino moralmente.
Sin duda estos análisis sirven también para encausar políticas internas que hagan posible mantener la vieja calidad de potencia unipolar. Un ejemplo: Estados Unidos es ya autosuficiente en gas, y en 2030 lo será en petróleo, lo cual abarata sus costos de producción manufacturera, ello podría revertir la situación porque podría relocalizar sus industrias y dar trabajo a su gente. Y, no sólo eso, si la autosuficiencia en hidrocarburos se convierte en un hecho dejará de importar petróleo, lo que producirá un derrumbe de los precios internacionales, con consecuencias imprevisibles para los actuales países exportadores.
En cuanto a Europa la CIA precisa la duración de la crisis en al menos un decenio. Además advierte que la UE luchará por su cohesión aunque se reduzca al grupo de países con el Euro como moneda común. Por otro lado se confirma la emergencia de China como segunda economía mundial y con vocación de convertirse en la primera. Al mismo tiempo, los demás países del grupo llamado BRICS (Brasil, Rusia, la India y Sudáfrica) se instalan en segunda línea compitiendo directamente con los antiguos imperios dominantes del grupo JAFRU (Japón, Alemania, Francia, Reino Unido).
Ya en la actualidad se nota una aspiración imperialista de la China sobre todo en África. La estrategia de Pekín es una triangulación entre China, sus aliados asiáticos y América latina vía Alianza del Pacífico y la otra que es entre China, África y América Latina.
Así como hay crecimiento en la China e India hay también la aparición de polos hegemónicos regionales con tendencia a transformarse en grupo de influencia mundial, el CINETV (Colombia, Indonesia, Nigeria, Etiopía, Turquía, Vietnam).
La observación de la CIA no toma en cuenta a Chile y Perú al sur y a Costa Rica al centro y no se refiere a México sino como fuente de ingreso de migraciones clandestinas.
En los análisis de la Fundación Unión Europea, América latina y Caribe, aparecen no solo Perú como posible polo importante de desarrollo sino Paraguay y Panamá, grupo llamado las 3 Pes.
Por primera vez en la historia el 60% de la población mundial será citadina, con una explosión de una clase media que, para sobrevivir, tendrá que cambiar su estilo de vida. Las amenazas militares no habrán desaparecido, pueden haber incluso intimidaciones con arma atómica, sin embargo los peligros principales que corren hoy nuestras sociedades son: cambio climático, conflictos económicos, crimen organizado, guerras electrónicas, agotamiento de los recursos naturales y migraciones masivas.
Otro aspecto señalado como peligroso es la concentración en pocas manos privadas, de los medios cibernéticos como Facebook y Google que, ya hoy, tienen unas bases de datos, entregados voluntariamente, que ya los habría querido tener la CIA o la KGB de la guerra fría o cualquier otro gobierno no democrático.
La lengua franca seguirá siendo el inglés pero no está demás saber qué libertad en chino se pronuncia Ziyóu (自由).
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