Sábado 01 de junio de 2013
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Es un hecho irrebatible que la actividad informal creció desmesuradamente en el país, pero con características alarmantes en nuestra ciudad al punto que centenares de aceras y decenas de calles se han convertido en la extensión de los mercados con una presentación caótica que altera todas las normas de ordenamiento urbano a través del cual se respeten disposiciones comunales, pero sobre todo el derecho de las personas a tener comodidad y seguridad en su diario transitar por la ciudad.
Sin lugar a dudas el factor que impele a ciudadanos hombres y mujeres a formar parte del ejército de informales es la falta de empleo seguro y el negocio callejero sustituye esa fuente de ingreso para el sostenimiento familiar. Claro está que en el rubro hay también categorías de informales, algunos que han reunido cierto capital se convierten en capitalistas del sector y son los acopiadores de variedad de productos, lo hacen en tiendas, galerías, casetas o puestos de mercado, proveyendo a los otros informales, en este caso intermediarios o los minoristas, estos últimos ubicados directamente en puestos callejeros o ambulando por las calles de la ciudad.
Fuente: LA PATRIA
