Domingo 26 de mayo de 2013
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El miércoles 8 de mayo se inauguró en la galería de arte del Espacio Simón I. Patiño de la ciudad de La Paz, la exposición póstuma: Raúl Lara, Dibujos. Se trata de una generosa muestra de centenares de dibujos del artista orureño, excelentemente curada por Michela Pentimalli con la colaboración de María Isabel Álvarez Plata.
La feliz iniciativa surgió hace dos años en el seno de la familia Lara, familia que, como sabemos, está íntimamente ligada al arte. Así, Lidia Caiguara de Lara, viuda del pintor y sus hijos Ernesto y Fidel, abrieron las puertas de su casa y las gavetas y cajones donde se apilaban incontables dibujos del maestro, para permitirnos a todos, exposición mediante, asomarnos a esa otra dimensión, acaso la más íntima, de la labor creativa de Raúl, la del apunte, el sketche, el esquisse o el dibujo apenas insinuado de color.
“Las obras que conforman la muestra revelan hasta qué punto el dibujo estuvo integrado a la vida cotidiana del artista y nos permite imaginarlo mientras habla por teléfono, anotando números sobre los bocetos o, al mismo tiempo que escucha noticias, registrarlas junto a los contornos de una figura, y también visualizarlo fijando el recuerdo de personas queridas (de su hermano Gustavo, por ejemplo) o retratándolas en la intimidad (como a su esposa Lidia). Nos conmueve leer, mimetizadas entre líneas y manchas, los apuntes sobre sus estados de ánimo y dolencias físicas”, se lee en el texto curatorial del catálogo. Y es precisamente esa cercanía, esa familiaridad que reina en la casa del pintor, en su estudio, en su cocina, en su amable mesa del comedor o sobre la hierba del patio a la sombra de un molle en el valle de Cochabamba (donde Raúl vivió sus últimos años), lo que puede verse en esta muestra. O mejor, lo que se siente y respira al recorrer las paredes y vitrinas de la galería.
Fuente: LA PATRIA