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Ingrid Loyau-Kennett, la madre que calmó a los asesinos de Londres - Periódico La Patria (Oruro - Bolivia)
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Sábado 25 de mayo de 2013

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Ingrid Loyau-Kennett, la madre que calmó a los asesinos de Londres

25 may 2013

Fuente: Thomas Castroviejo

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Londres está conmocionado por el ataque que dejó a un soldado muerto en sus calles, decapitado a plena luz del día con el machete que esgrimían dos personas.

Otras dos personas han resultado heridas y el suceso está recibiendo la atención de las más altas autoridades, que están buscando vínculos entre lo sucedido y alguna organización terrorista.

Lo que quizá no se sabe tanto es que todo podría haber sido mucho peor de no haber sido por la intervención de una valiente madre que habló con los asesinos, mirándolos a los ojos inmediatamente después del ataque, y los tranquilizó para que no cometieran ninguna otra locura.

La heroína que habló con los asesinos de Londre Twitter/@SiibillamLaw), según ha publicado el Daily Telegraph, Ingrid Loyau-Kennett estaba por la zona cuando sucedió el terrible asesinato. “Me acerqué y vi a un hombre negro con un revólver y un cuchillo de cocina y lo que parecían de esas herramientas de carnicero para cortar huesos, así como dos cuchillos grandes”, recuerda la mujer. “Me dijo, ‘aléjate del cuerpo’”.

Prosigue la narración: “Pensé: ‘Vale, no tengo ni idea de qué está pasando por aquí’, pero ese hombre estaba cubierto de sangre. Me pareció que lo mejor sería hablar con él antes de que atacara a otra persona.

Me pareció que esta gente siempre tiene un mensaje que transmitir, así que le dije: ‘¿Qué quieres?’”. Lo que siguió fue un diálogo entre la mujer y el asesino: “Le pregunté si lo había hecho y él me dijo que sí, y yo le dije, ‘¿por qué?’. Y él dijo que era porque el muerto había matado a gente musulmana en países musulmanes; dijo que era un soldado británico. Le dije: ‘¿Ah, sí?’. Y él dijo: ‘Estoy harto de que la gente mate a musulmanes en Afganistán cuando no pintan nada allí’”.

Con toda esta información Loyau-Kennett pudo hacerse un perfil psicológico de las víctimas. “No estaba colocado, no había tomado drogas y no era un alcohólico borracho. Solo estaba ofuscado, enfadado. Tenía pleno control sobre sus decisiones y podía haber cualquier cosa que quisiera”. La cosa se complicó a los pocos segundos: “Cuando hablaba con él me iba dando cuenta de que tenía más armas. Para entonces, la gente nos estaba rodeando. Y pensé: ‘Mejor será que siga hablándole antes de que se dé cuenta de lo que está pasando a nuestro alrededor’”.

Loyau-Kennett respondió con el talento de varios psicólogos titulados: “Le dije, ‘Ahora mismo eres tú contra mucha gente. Vas a perder. ¿Qué te gustaría hacer?’. A lo que él contestó que quería quedarse y seguir luchando”. Solo que para entonces la cosa había cambiado. Al distraer a los sospechosos, Loyau-Kennett había facilitado el que la policía se acercara y disparara, no de muerte, a los sospechosos. Si la cosa tenía visos de terminar mucho peor, no fue así gracias a la intervención de esta madre.

“Esto es valor de primer orden”, ha opinado Patrick Mercer, anterior encargado de luchar contra los terroristas, hablando de Loyau-Kennett y otros testigos. “Parece que estos miembros del público no son soldados, ni policías, ni gente cuyas obligaciones exijan este tipo de conducta. Son gente extremadamente valiente y ese valor merece ser reconocido al nivel más alto”.

Fuente: Thomas Castroviejo
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