Han pasado largos 204 años, de aquel lejano 25 de mayo de 1809, cuando la chispa de la revolución americana se encendió en Charcas, hoy Sucre, dando paso a uno de los acontecimientos revolucionarios más importantes en la historia del continente americano.Fueron protagonistas de este acontecimiento, indígenas, criollos, mestizo y, por supuesto, los doctores de Charcas; quienes, conscientes que América tenía la necesidad de sacudirse del yugo español y encontrar, por fin, la libertad y la justicia que son los valores innatos del hombre.
Fue la Universidad San Francisco Xavier de Chuquisaca, en cuyas aulas se incubaron esas ideas, y la que jugó un rol preponderante para esos propósitos. Así pues, entre los antecedentes más importantes del Primer Grito Libertario de América, está la Universidad como fragua que forjó las mentes con claras ideas de independencia.
Los españoles creyeron que hacían de esta institución una plataforma política a favor de su dominación y su prestigio; resultó, andando el tiempo, precisamente lo contrario. Políticamente, la Universidad fue el ariete más formidable contra el grueso muro del poder español en el Alto Perú. El Rey español al conceder a los jesuitas el privilegio de fundar la Universidad de Charcas, habría dicho enfáticamente que “era para la mayor difusión de la fe católica y triunfo de la justicia, en el nuevo continente”. A la vuelta de los años, precisamente en nombre de la justicia, los paladines salidos de la universidad, romperían el yugo que les oprimía.
Y los mismos propagandistas de la fe católica, los mismos sacerdotes de la religión serían quienes ya desde el púlpito, ya en el parlamento, en la calle, en los campos de batalla, en las prisiones, destierros y desde los claustros universitarios, sostendrán contra España, los sagrados principios de Justicia y Libertad.
Quienes fueron protagonistas ese 25 de mayo de 1809, fueron los que dieron luz y sabiduría a la América desde las aulas de la Universidad Mayor, Real y Pontificia de San Francisco Xavier, y tuvieron la virtud de unir a nuestros pueblos bajo las ideas libertarias que se expandieron a los cuatros puntos cardinales de nuestro continente.
Los actos de este 25 de mayo, por lo tanto, no tienen porqué convertirse en expresiones político partidistas, ni en campo propicio para campañas políticas.
En Sucre, hoy, no tienen cabida poses de soberbia ni regalitos comunales, para rendirle honores, sólo requiere respeto y consideración de todos, estén o no en función de gobierno. La libertad y la justicia que logró el pueblo de Charcas hacen 204 años, fueron fruto de las ideas nacidas de su universidad y de la lucha de los próceres de la independencia que levantaron sus sables contra la opresión, con la fuerza que brinda la convicción que nace de los más altos valores del hombre: la justicia y la libertad; suprema conquista de la humanidad, a través de la historia.
Ese 25 de mayo de 1809, la unidad de la población en todas sus capas sociales, lograron el triunfo contra la dominación española. Ahí no tuvieron cabida, ni los odios, ni revanchismos. Los sables redivivos en ideas, derrotaron a la tiranía ibérica.
Inspirados en ellos, tratemos de vivir buscando con el estudio (la lectura siempre fue una guía de conducta) los caminos del progreso, donde podamos solucionar nuestros problemas por caminos de luz y de paz, hacia un futuro de esperanza, en democracia y libertad.
Por lo menos... esa es mi opinión.
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