Martes 12 de enero de 2010
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La ausencia del mar en el “mapa boliviano”, la invasión chilena de Bolivia; las expansiones alemanas del Tercer Reich, o el pacto de no agresión entre Rusia y Alemania en vísperas de su enfrentamiento —después Rusia y Alemania, protagonizarían algunas de las batallas más duras que ha visto el cielo— demuestran que un territorio puede ser unos momentos de un lugar o jurisdicción, y de repente de otro.
Allende las diferencias abismales de las situaciones históricas expresadas, claro que sirven para pensar que —no es menester confiarse— en esos casos o en otros.
Los conflictos limítrofes orureños y contemporáneos, con Potosí —por ejemplo— el caso del cantón “Culta” parece ser algo así como un misterio, embadurnado de deficiencias políticas, administrativas por parte de los gobiernistas departamentales de Oruro, y otros sectores; pero el conflicto de marras no se debería ignorar o subestimarlo, menos aún cuando Oruro ha sido vituperado por sus “autoridades”.
Es menester, sobremanera, en estos casos remitirse a los antecedentes históricos; he tratado de indagar en esos vericuetos, con penosas trabas en el camino, como el pésimo estado en el que se encuentra la biblioteca y archivo histórico de la Casa Municipal de Cultura, merced a la falta de atención oportuna.
