El psicólogo responde

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Hace tres años, cuando mi hija tenía doce, comenzaba a padecer de un trastorno alimenticio.

Visitamos a un psicólogo quien indicó que se trataba de anorexia, nos dio las pautas para su mejoría. Ahora ella tiene quince y gracias a las indicaciones y la fuerza de voluntad de mi hijita, ella se ha recuperado.

Sin embargo, por los cambios que ella atraviesa, tengo el temor de que vuelvan a presentarse los síntomas.

¿Qué recomienda?

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Querido(a) amigo(a):

Como padres es frecuente que la preocupación hacia los hijos se acentúe en ciertas etapas de sus vidas.

Sin embargo, los padecimientos de estos trastornos alimenticios se presentan con más recurrencia en niñas, o niños que tienen alguna fijación por su apariencia física, o por cierta familia de alimentos. Añadiendo a esto la forma de hablar de las madres, ya que habitualmente son ellas quienes se ocupan de la educación principal de los hijos.

Lo mismo puede suceder si la mamá es delgada, la presión hacia la hija puede ser la misma.

No siempre ocurre esta presión en la casa, si la niña recibe de parte de sus compañeros de colegio amonestaciones e insultos verbales que la hagan sentir menos y más aún, tratándose de su cuerpo, es posible que ella tenga tendencia a presentar trastornos alimenticios.

Estas situaciones y cualquier obsesión especialmente con respecto a la apariencia física, hacen que el adolescente tenga respuestas y reacciones ante tales circunstancias.

Si su impresión es que su hija vuelva a recaer, le sugiero que visite al psicólogo, en caso de que perciba cambios diferentes a los habituales, ya sea en la casa, o en lugares públicos a los que usualmente visitan como familia.

Si las reacciones van relacionadas con su dieta y forma de servirse los alimentos entonces, es posible que necesite la intervención de un profesional en el ramo.

Lo importante es el apoyo y la orientación que le den como padres.

Fuente: LA PATRIA