El Primer Mandatario dijo que en lugar de nacionalizar alguna otra empresa, “nacionalizará la dignidad de los bolivianos”.
Qué bueno hubiera sido que al Presidente le guste la lectura. Al leer, se hubiera dado cuenta que la dignidad es un valor absolutamente subjetivo y personal y no puede ser objeto de una “nacionalización”, tal como lo concibe el actual gobierno. La dignidad, además, es más que un valor, es una condición; una actitud hacia uno mismo y hacia los demás. Si valores como el respeto, la tolerancia, la ética, la justicia, la libertad, la solidaridad, se aplican a la vida de una persona en todas sus acciones, el resultado será un individuo digno; y el conjunto de ciudadanos dignos, hacen un país digno. La dignidad y la autoestima siempre van de la mano; pero de ninguna manera pueden ser objeto de imposiciones, ni necesitan de un permiso de nadie; menos, sometidos a acciones políticas.
La educación tiene en la lectura una de sus primeras fuentes, y restructuración de la cultura de valores; esa, puede ser la ayuda para impulsar el respeto al prójimo, “No existe ausencia de valores, sino falta de cultura en los valores”. Por eso, si al presidente “no le gusta leer”, tendría que saber la importancia de esta; y se daría cuenta que la dignidad no se la puede nacionalizar, porque es en sí misma, uno de los valores nacionales, asimilados por las personas en menor o mayor grado.
Para rematar este asunto de la cultura, de leer o de escribir, el Comandante de las Fuerzas Armadas, confesó que “Muy pocos militares han escrito, ese es el déficit de intelectuales, el déficit de intelectualidad que hay en las FFAA -declaró- La falta de intelectualidad y conocimiento en Bolivia es una de las grandes amenazas que tiene la sociedad boliviana”, subrayó. El desarrollo de la escritura ha constituido un salto en el desarrollo cultural de los seres humanos, como en su desarrollo psicológico. Su aparición, marca el fin de la prehistoria y con ella se empieza a escribir la historia de la humanidad. Igualmente, su aparición en el desarrollo; marca el inicio del desarrollo psicológico del niño a niveles superiores
Quienes debieran ser ejemplo para la juventud, confiesan abiertamente que “no les gusta leer” y otros que no quieren o no saben escribir. Así, el camino para lograr un país desarrollado, culto y sabio, es muy angosto, pedregoso y peligroso.
Un país en vías de desarrollo como el nuestro, con problemas internos de estabilidad política y de gobernabilidad y con los problemas fundamentales de la población sin resolver, debiera incentivar la lectura y la escritura como medio de recibir y transmitir el conocimiento, que se ha convertido en el activo más preciado de la civilización y será cultivado, guardado y protegido con mucho más empeño, cuanto más falencias tenga la educación.
Paradójicamente, esas declaraciones, no muy adecuadas, se las realiza en momentos en los que el gobierno, acertadamente, promulga la “Ley de Libro”; ese hecho, pone a la juventud en aprietos en su modo de comportarse. Si por un lado del dicen que no quieren o no les gusta leer, y por otro que la lectura es imprescindible en el ser humano, deja a nuestros jóvenes en un dilema en su comportamiento.
Por lo menos... esa es mi opinión.
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