Faltan menos de veinte meses para las elecciones de diciembre de 2014; sin embargo, el Movimiento al Socialismo, partido del Presidente Morales, se encuentra en campaña avanzada en pos de conseguir que su jefe sea re-reelegido Presidente en un acto de continuidad que es contrario a la Constitución y a elementales normas de ética. De todos modos, el MAS encabeza el proceso pre-electoral con energía, derroche de dinero, gran despliegue de publicidad y propaganda y, como siempre, haciendo de la demagogia y el populismo las banderas de su “indiscutible triunfo en diciembre del 2014” (como ellos sostienen).
Por el lado de la oposición, con políticos y partidos que aún no saben qué quieren ni qué buscan, hay diversidad de pre-candidatos que buscarán el voto popular; habría un partido sumamente tradicional, Falange Socialista Boliviana que, parece, está en busca de un candidato de consenso que tenga posibilidades. Lo cierto es que ninguna de las “fuerzas” de oposición se muestra coherente, bien articulada, perfectamente decidida y organizada como partido y como fuerza que vaya a candidatear.
La oposición de más o menos ocho candidatos visibles parece estar en los caminos del tanteo; cada uno de los posibles candidatos lleva el agua a su molino con la seguridad de lograr importantes porcentajes; sólo uno habla de unidad entre todos para hacer un solo frente cuyo candidato se enfrente al candidato oficial, señor Morales. Propone, además, la realización de una encuesta o una consulta para que sea el pueblo quien defina la unidad en la oposición y seguramente al único candidato. Peregrina la sugerencia porque no tiene base de sustentación por el hecho de que no es posible esa encuesta porque no todos los habitantes en edad de votar asistirían a depositar su voto por la unidad o no, por tal o cual candidato. Y la experiencia la dan los mismos procesos electorales pasados en que los asistentes no han sido todos los inscritos en el Padrón Electoral, muchos votaron en blanco o anularon su voto.
Los partidos y políticos de oposición, no quieren o no pueden darse cuenta que desunidos, separados, enfrentados todos ellos, no tienen ninguna posibilidad de lograr la Presidencia y lo más que lograrán será algunos escaños en el Parlamento. Así, separados, lo único que están haciendo es encaminar sus inquietudes y ambiciones hacia la derrota, una derrota segura porque el candidato, Presidente actual señor Morales, ya tiene su grupo establecido, sus votantes asegurados, su bancada bien unida en el Parlamento; y su partido, lo que quiere es que siga el sistema instaurado a partir del año 2006; para el Presidente y el MAS lo importante es asegurarse la continuidad en el gobierno porque con ello aseguran todo su proyecto de “reivindicaciones indígenas, campesinas y originarias” que, se dice, “tienen derecho a gobernar el país”.
Así los hechos, mientras la oposición no tome conciencia de su realidad, con seguridad que se encamina a un fracaso rotundo al asegurar, simplemente, el triunfo del candidato del MAS.
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