Hasta mediados del siglo XX se consideraba la enfermedad mental como una vivencia personal; el individuo era el �nico causante de su propia situaci�n. La teor�a m�s defendida consideraba la gen�tica el origen de la enfermedad mental.
En los a�os 50-60 del siglo pasado, la Escuela de Palo Alto (California), en contra de los postulados defendidos por el psicoan�lisis y apoy�ndose en las teor�as cibern�ticas, defendi� la �teor�a sist�mica� para explicar el origen de los trastornos mentales. La familia se constituye as� en el caldo de cultivo de todos los problemas ps�quicos y por lo tanto tambi�n debe ser la protagonista en la soluci�n. Desde ese momento ya no se habla de enfermo sino de �paciente identificado�, para subrayar el hecho de que toda la familia est� enferma y lo que ocurre es que uno de sus miembros es portavoz de la enfermedad. Una consecuencia importante: no hay que tratar s�lo al enfermo sino a toda la familia. Aparece as� la terapia familiar sist�mica.
Una tercera v�a, m�s actual, defiende una postura m�s ecl�ctica. El modelo psicoeducativo de terapia familiar admite en el origen de la enfermedad mental una doble causa: la gen�tica (hoy hablamos de vulnerabilidad gen�tica), pero tambi�n considera de suma importancia los factores ambientales y vinculares (familia, amigos, escuela, etc.) y por tanto los tratamientos se deben realizar en una doble perspectiva: farmacol�gica y psicoterap�utica.
En las �ltimas d�cadas ha aparecido un nuevo modelo de familia donde lo que se defiende es una mayor igualdad entre sus miembros, una mayor libertad, una mayor socializaci�n y donde aparecen nuevas formas de convivencia.
La familia como conjunto puede favorecer o entorpecer la propia din�mica de sus miembros. En t�rminos generales, podr�amos afirmar que el entorno familiar puede jugar el papel de verdugo o de v�ctima. Con su hostilidad puede incrementar el sufrimiento del enfermo, o convertirse en su "pa�o de l�grimas", aceptando "heroicamente" las exigencias de la enfermedad. De cualquier manera, la familia nunca ser� un elemento insensible en el proceso curativo del enfermo, sino que, como un catalizador en una reacci�n qu�mica, tiene el poder de acelerar o retardar el final del proceso.
La familia sana no se distingue por la ausencia de problemas sino porque su bienestar se produce cuando se ha conseguido armonizar a todos sus elementos, respetando sus posibilidades y tambi�n sus limitaciones, pero sin olvidar las exigencias del propio grupo. En este dif�cil equilibrio entre las necesidades del individuo y del colectivo es donde puede florecer la salud mental de todos los componentes de la familia.
La familia no ser� feliz si no consigue crear un clima de amor y seguridad, que posibilite crecer a los peque�os y robustecer las estructuras m�s sanas de los padres. Toda la familia tiene el mismo objetivo: el bienestar de sus miembros, aunque en ocasiones no se ponen los medios adecuados: por ejemplo, cuando los padres tienen comportamientos patol�gicos (violencia, abusos sexuales, etc.) o cuando lo que predomina en el clima familiar es el temor, la desconfianza, la envidia, etc.
Padres e hijos debemos aprender a escuchar, no solamente a o�r, a los otros. La familia sana es aquella que permite decir lo que siente y tambi�n recibir, sin descalificaciones, las opiniones de los dem�s. En este encuadre, todos los miembros familiares deber�an tener como un sexto sentido para poder captar el estado de �nimo del que tiene junto a su mesa. Convivir no solamente es compartir habitaci�n, sino estar alerta para detectar los peque�os y grandes sufrimientos del otro.
El di�logo es una manera de expresar una �escucha atenta�. Dialogar y negociar casi siempre van unidos. Este axioma se ve claramente en el di�logo con el adolescente.
La familia es esencialmente cambio, y por lo tanto, todos sus miembros deber�n hacer un esfuerzo para adaptarse a las nuevas situaciones. Muchos conflictos se producen por la tendencia de algunas familias a permanecer ancladas en el pasado. En muchas ocasiones, la confrontaci�n en la familia se produce precisamente por exigir a los dem�s seg�n sus posibilidades reales. Comentarios como: �mira qu� buenas notas ha sacado tu hermano...�, o �yo a tu edad estudiaba y trabajaba� deber�an abolirse.
Dec�a la psicoterapeuta Virginia Satir que la familia sana se caracteriza porque sus miembros tienen una autoestima alta, la comunicaci�n es directa, clara, espec�fica y sincera, las normas son flexibles y se acomodan a la propia evoluci�n de cada familia y por �ltimo, mantiene un v�nculo abierto y confiado con la sociedad que le rodea.
(*) Psiquiatra y miembro fundador del Tel�fono de la Esperanza
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