Viernes 03 de mayo de 2013
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Dadas las contingencias que se dan en el tiempo actual, con variaciones en descenso en el precio de minerales, inestabilidad en el factor social para las inversiones en minería, carencia del código adecuado que regule la actividad productiva del sector, impedimentos “comunitarios” o “avasallamientos” a la propiedad privada, perjudicando tareas de exploración y explotación minera, son parte de una constante inseguridad que altera la proyección del trabajo en sus diferentes subsectores.
Un repaso a la evolución productiva obliga a marcar “cero avance” en nuevos prospectos mineros y sólo se registra la continuidad de la actividad “tradicional” que persiste en las minas de la Comibol, algunas todavía con interesantes reservas, el caso de Huanuni y Colquiri, aunque con preaviso de liquidación en menos de una década, hace suponer la necesidad de invertir a fondo en planes inmediatos de exploración de yacimientos para evitar un colapso del sector en un determinado periodo de explotación masiva y continua, sin renovación de esas fuentes marcadas por su agotamiento natural.
En el mes de octubre del pasado año se cumplió un importante congreso nacional de los geólogos bolivianos que se reunieron en Oruro y debatieron ampliamente una agenda de estricta consideración de la situación vigente de la minería y la metalurgia del país. La principal conclusión fue la de recomendar –y con la autoridad profesional del sector– al Ministro de Minería y Metalurgia (MMM), a través de una atenta y extensa nota, disponer las condiciones propicias para encarar la exploración de nuevos yacimientos tomando en cuenta que Bolivia posee un inmenso potencial geológico minero, similar o mayor a los que tienen los países vecinos como Perú, Chile, Argentina y Brasil.
Fuente: LA PATRIA