La modernidad y la postmodernidad en la educación boliviana
10 ene 2010
Por: José Luis Muriel Canaviri
Puedo afirmar con toda vehemencia y firmeza que la educación boliviana en el sistema educativo del área regular, aún no ha podido salir de la modernidad, se estancó por actitudes políticas y sectarias. Hoy el mundo entero después del siglo XX, está encaminado por la senda de la postmodernidad, transformando las estructuras viejas de la modernidad. Buscando implementar nuevos esquemas mentales en su niñez y su juventud, por ello en países como Chile, Argentina, el Perú y otros están trabajando hace 20 ó 30 años en sus reformas educativas de forma continua, mucho más en los países europeos están profundizando y trabajando en la transformación educativa, a ello se debe que ahora se preste mayor atención a las evaluaciones de aprendizaje tanto de los alumnos, como del docente, e ir construyendo un nuevo modelo pedagógico mundial, La cual no es incompatible con el anteproyecto “Avelino Siñani” con la educación plurinacional. Todo ello nos lleva a rescatar una pedagogía diferenciada, donde la educación cambie y los docentes deban convertirse en facilitadores, mediadores, iniciadores, organizadores, modeladores, moderadores, observadores, comunicadores e innovadores del aprendizaje de los alumnos y trabajar en torno a este, alrededor del alumno, y éste se convierta en el centro del proceso enseñanza-aprendizaje, que el alumno se convierta en el sujeto de la educación y no permanezca como objeto de la educación.
Por ello los diferentes enfoques pedagógicos que fueron planteados en la modernidad por las diferentes corrientes filosóficas y podemos enunciar al racionalismo, el romanticismo y el marxismo como exponentes de la modernidad. Que hoy por hoy se hallan superados por el tiempo y el espacio de la realidad en la que nos desarrollamos.
Existen otras corrientes fundamentalistas que se concentran en la regulación del método científico y en la normalización de la producción intelectual del ser humano moderno, y cuyas tesis excluyentes y dogmáticas quedan también al descubierto en la postmodernidad, lo mismo que las pedagogías acreedoras de un solo método de investigación, que descartan otras alternativas de comprensión pedagógica, como el positivismo, la fenomenología, el estructuralismo y el psicoanálisis, generando cada uno por su cuenta una pedagogía conductista, una pedagogía fenomenológica, una pedagogía estructuralista y una pedagogía psicoanalítica respectivamente.
A partir de este breve análisis, considero que la educación boliviana debe buscar estrategias de enseñanza, que sea comprometida, flexible, abierta, transdisciplinaria y multimetodológica, especialmente permeable a lo humano, dicho de otra manera deberá ser práctica y teórica, que el individuo o el niño desarrolle sus potencialidades, sus habilidades y, por supuesto, que sea capaz de construir sus saberes, utilizando metodologías diferentes. La pedagogía posmoderna no busca que el niño sea formado en un molde homogéneo, con esquemas mentales predeterminados, sin ideales, falto de expresión, incapaz de crear iniciativas de superación, Este tiempo ya no corresponde al que el alumno se subordine al docente, sino, a quién plantea mejor las iniciativas las ideas y sus soluciones, que la niñez y la juventud se hallen en una constante competencia y actividad construyendo nuevos esquemas mentales o de emulación de los mejores procesos o resultados y sea capaz de responder con planteamientos diferentes y tome para si, diferentes caminos o estrategias de solución, el docente en este siglo ya no debe ser, el sabe lo todo o su palabra es ley, se acabo. La sociedad en su conjunto debe reflexionar que nos hallamos en el siglo XXI, por lo tanto la educación en la postmodernidad es tarea de toda la sociedad, los padres de familia, las autoridades en general, los políticos, la iglesia, el club, los medios de comunicación, los sectores sociales, que tanta resistencia subjetiva provoca en el magisterio en general etc., etc.
Por ello, el enfoque pedagógico cognitivo social, el constructivismo histórico-social, con sus diferentes fases, deben servir como método para ir adelante, sin que signifique que no podamos adoptar otras estrategias y pedagogías que mejor se adecuen a nuestra idiosincrasia docente boliviana o nosotros podamos crear alguno, producto de la investigación cualitativa, que ahora debemos desarrollar, ya que hoy en la educación no sólo se puede hablar de la investigación cuantitativa, ello también se acabó. Así como se acabó el positivismo filosófico y pedagógico. La investigación cualitativa (investigación-acción) debe convertirse en una herramienta de construcción del nuevo hombre boliviano y podamos transitar por el andamio del cambio y la profundización.
(*) Licenciado, ex docente de la Normal
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