No, no es que en Copacabana hubiese alg�n vidente que se declare poseedor de mensajes provenientes de Mar�a Sant�sima con novedosos anuncios. El hecho es que -como escribi� el P. Pedro de Anasagasti, OFM: �tuvo acierto pleno la Madre celestial al elegir el escenario de su reinado: a orillas del lago sagrado, en cuyos ribetes se desarroll� la civilizaci�n de los aymaras, de los collas y de los incas�.
Fue Copacabana, a orillas del lago Titicaca, junto a su vecina Isla del Sol, un centro espiritual durante el dominio incaico, �morada de dioses� antes que los hispanos pisaran tierra americana. Los incas lo hab�an convertido en su �lago sagrado� ante el cual los nativos sent�an un temer reverencial, �todo el borde del lago rezuma incienso y plegaria, con los gritos de angustia de numerosos sacrificios humanos�.
�Hay muchos resabios de antiguas tradiciones y de a�ejos ritos en torno al lago, y Copacabana conoce aun actualmente reuniones de brujos, de cuasi-sacerdotes, de adivinadores, que en sus cumbres verificaban sus concili�bulos, mezcla de piedad cristiana y de presencia demoniaca�.
En tiempos de la Colonia, los misioneros agustinos que ingresaron al pueblo el 16 de enero de 1589, organizaron all� una �doctrina�, convirtiendo con su apostolado evangelizador a muchos ind�genas a la verdadera Fe. Entre los nuevos conversos, Tito Yupanqui, que tom� el nombre de Francisco �llevaba grabada en su coraz�n la devoci�n a Mar�a� y deseaba que en la iglesia de su pueblo, presidiera el altar, la imagen de nuestra Se�ora, y se pudiese fundar la anhelada Cofrad�a de la Candelaria�, con la finalidad de que acabasen las disputas entre las dos fracciones del lugar.
El historiador P. Antonio de la Calancha dice que �sus primeros ensayos fueron para los cuerdos materia de irrisi�n y para los indevotos materia de burla. El indio sufr�a los baldones y lloraba por no saber pintar�.
Quiso esculpir una imagen de la Se�ora, pero desgraciadamente carec�a de cualidades para la pintura o la escultura, hacia 1570, configura una imagen de la Virgen en arcilla, que a poco tiempo es retirada por orden del rector del templo donde hab�a sido colocada �sta, �por considerarla tosca, fea y desproporcionada�, pero Francisco no se acobard� y se decidi� viajar a Potos� con su hermano como ayudante �para al arrimo de alg�n maestro imaginero� aprender el arte de la escultura, as�, Diego Ortiz un artista espa�ol, en la calle Almagro N�. 710 de la ciudad de Potos�, le ense�� a tallar la madera, que tras varios intentos, esculpi� la anhelada imagen de la Se�ora, que luego dor� en la ciudad de La Paz con ayuda de otro maestro espa�ol.
A pesar de las contradicciones y dificultades, la imagen fue bendecida, y trasladada luego a Copacabana. El 2 de febrero de 1583, Tito Yupanqui ingres� triunfante a su pueblo natal, siendo entronizada la imagen que �l tallara en el altar del templo, �imit�ndole, a finales de este mismo a�o, el ind�gena peruano Sebasti�n Quimicho que traslada en hombros una r�plica hasta Cocharcas, en Per��, obra de Yupanqui tambi�n. La entrada de la sagrada imagen fue decisiva para el afianzamiento de la fe cristiana en Copacabana, la Se�ora consigui� atraer el cari�o de los aymaras.
El hoy Siervo de Dios, inca Tito Yupanqui se hizo escultor gracias a la fe. Copacabana es el privilegiado lugar que escogi� la Virgen para asentar su soberan�a maternal. Como relata Calancha: �era all� la sentina de los id�latras y el Atenas de los hechiceros, y as� en pocos, fructific� la fe, hasta que entr� all� la Reina de las piedades, la tesorera de los milagros, el consuelo de los tristes y la que es premio de los servidores mayores�.
La reciente mala nueva de que ha sido profanada la sagrada bas�lica de Nuestra Se�ora de Copacabana, con el robo de joyas que ornamentaban la sagrada imagen de la Virgen, la misma que �amaneci� mirando al lago, fuera del sitio normal que ocupaba en su camerino, adem�s de encontrarse sin su corona, ni canastillo, ni media luna�, ha suscitado una ola de protestas.
Como es de conocimiento p�blico, los pobladores de Copacabana, reaccionaron inmediatamente, exigiendo de las autoridades tanto policiales, como judiciales y eclesi�sticas el pronto esclarecimiento del sacr�lego robo, declar�ndose los lugare�os �en emergencia y duelo�, ante el hecho.
En los �ltimos meses se ha tenido que lamentar el �saqueo� de templos y santuarios �que albergan un valioso patrimonio religioso, hist�rico y cultural de los bolivianos�. Que las autoridades competentes ejerzan su m�xima diligencia en el esclarecimiento de los robos, en especial el perpetrado en la Bas�lica de nuestra Se�ora de Copacabana, �cono de la evangelizaci�n de esta parte de Am�rica, para que la impunidad no siga protegiendo a los anteriores y actuales profanadores de la fe cat�lica.
(*) Director Nacional Pioneros de Abstinencia Total
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