Particularmente a Oruro le corresponde priorizar la promoción de la quinua en la etapa de una necesaria ampliación de sus volúmenes de producción dadas las beneficiosas condiciones que el conocido “grano de oro” tiene en el exterior donde su demanda se ha elevado de forma excepcionalmente positiva para los productores nativos y para quienes ahora se convirtieron en “procesadores” del producto para mejorar su exportación.
Algunas cifras reveladoras sobre el valor de las exportaciones del cereal, muestran un inusitado crecimiento en el periodo de seis años (2006 – 2012) con un proceso sostenido que marcaba la recepción de 8,9 millones de dólares y que al año pasado se elevó a 84.58 millones de dólares, lo que significa una elevación nada menos que del 850 por ciento que lo confirma el Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras, al demostrar el interés también creciente de sumar más gente y más inversiones a la producción de la quinua.
Se trata de un proceso especial, de ningún modo tan simple como lo explican algunos “rescatadores” del producto. Lo evidente es que todo comienza con la localización de terrenos, los mejores siguen siendo los de Salinas de Garci Mendoza, conocida como la capital de la quinua Real donde las plantaciones del colorido y super nutritivo grano, junto a otros sembradíos de la región altiplánica de Oruro, se imponen frente a la cosecha que se da en otras latitudes, por ejemplo las del Perú donde lamentablemente se hace negocio de contrabando con la quinua nativa de Oruro.
Pero el trabajo es complejo y merece atención especial de las autoridades para facilitar muy especialmente el proceso de la cosecha que en la mayoría de las comunidades se hace a mano y representa para los cultivadores una erogación de hasta cinco mil bolivianos para cubrir el trabajo de por lo menos 20 cosechadores en una hectárea de cultivos de quinua. Todavía en muy poca escala se realiza la cosecha con maquinaria especial, logrando recuperar el producto en dos hectáreas en el tiempo de una hora, lo que ahorra tiempo y dinero. Sin embargo el problema está en tener la suficiente cantidad de cosechadoras, pero fundamentalmente el financiamiento necesario para adquirir esos equipos, pues se hace necesaria la mecanización de esta fase de recuperación de la quinua.
El problema va más allá porque también se necesita emprender tecnológicamente la industrialización del producto, tomando el importante referente de la creación “original” de máquinas especiales para añadir valor agregado al producto y ponerlo listo para su exportación en una variedad de productos que contienen todos los atributos de proteínas, fósforo, hierro y otros que son requeridos para su consumo en el exterior.
Por lo que se sabe, en cuestión de un par de meses, la Gobernación instalará una primera planta industrializadora de quinua en la capital productiva altiplánica, con una inversión superior a los 14 millones de dólares. La perspectiva es interesante tomando en cuenta que la producción de la quinua en Oruro se elevó de 18 mil a 24 mil toneladas en el último año.
El año internacional de la quinua tiene otro alcance particular en su “ruta de promoción” y es que en el recorrido de ese territorio provincial donde crece el maravilloso producto, podrá disfrutarse también de elementos turísticos, artesanía variada, extendiendo su visión hacia el Salar de Uyuni en Potosí cuando se realice el Rally Dakar el próximo año.
Fuente: LA PATRIA
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