Dominar el Altiplano Marítimo Central con “multilatinas”
23 abr 2013
Por: Jorge Lazzo Valera
Si logramos posicionarnos como el principal eje de integración regional y tenemos el dominio del Altiplano Marítimo Central, seremos la región líder por excelencia de servicios logísticos que permitirá mejorar nuestra economía y generar empleos, aprovechando la competitividad territorial de Oruro y el país con el primer corredor interoceánico, además de ingresar a la lógica de las empresas “multilatinas” o “translatinas”.
Si queremos alcanzar este objetivo, la decisión es nuestra y no tenemos que someternos a las políticas de gobierno, el interés de algunos políticos y hasta de instituciones que quieren hacernos conocer “la receta” para mostrarnos que podemos ser competitivos, cuando tenemos la estratégica y privilegiada ubicación geográfica y lo que es más estamos en el centro del Altiplano Marítimo que nos permitirá llegar a las costas del Pacífico en seis horas y además ser el punto central de la conexión con el Atlántico a través de Oruro, Cochabamba y Santa Cruz para llegar al Brasil.
La línea que fijó la administración del presidente Evo Morales, no es la más acertada ni tampoco la más efectiva y estamos seguros que sólo constituye un anuncio para obligar a Chile a revisar su geopolítica marítima y sobre todo cambiar de actitud al presidente chileno Sebastián Piñera que en un arranque hormonal y una bravuconada instruyó aplicar medidas extremas en contra de tres conscriptos bolivianos que ingresaron al territorio del Mapocho, en su afán de frenar la actitud delincuencial de contrabandistas, lo que motivó esa reacción de nuestras autoridades y crítica internacional.
Por eso resulta importante, imprescindible y urgente dotarnos de una adecuada estrategia geopolítica que garantice un efectivo control y dominio sobre el Altiplano Marítimo Central y el Occidente del país, no tenemos que esperar que el Gobierno Central ponga en marcha un plan de desarrollo de fronteras, una estrategia de crecimiento económico y social, sino debemos asumir la responsabilidad de crecer y potenciarnos como región estratégica para la integración interoceánica que supone unir el Pacífico con el Atlántico teniendo como eje central a Oruro.
Así podremos desarrollar una política de desarrollo económico que beneficie a nuestro país y no convertirnos en simples operadores de las empresas “translatinas” o “multilatinas” que se tornan visibles en su accionar en este siglo 21, correspondiendo en una mayoría al Brasil que tiene 25 empresas y una geopolítica de integración subregional, donde fijó su rol para la expansión de sus empresas y por ende el crecimiento y manejo multinacional de su economía. Así también México tiene 13 empresas, Chile 12, Argentina 3 y Perú 2, faltando constituir nuestras multilatinas en Bolivia que deben emerger de este macro proyecto de integración bioceánica.
Si Brasil ya cuenta con estrategias definidas que le permitieron vivir una etapa de vigoroso crecimiento económico entre 1968 y 1974, cuando se dio el denominado “milagro brasileño”, no podemos esperar pasibles que sea este país altamente desarrollado económica y tecnológicamente el que imponga una línea marítima, para conseguir que Bolivia habilite puertos peruanos como salida estratégica hacia el Pacífico. Tenemos que tener un desarrollo económico local y nacional sostenido y sacar la mayor de las ventajas a la competitividad territorial de nuestra región, lo que supone tener el control del Altiplano Marítimo Central.
Otra visión será perjudicial para nuestro país, puesto que desde Oruro tenemos el vínculo directo con las costas del Pacífico por los principales puertos de Antofagasta, Iquique y Arica de la vecina República de Chile y, su necesaria conexión con el Atlántico a través del primer corredor bioceánico que vinculará a Oruro-Cochabamba-Santa Cruz con el Brasil, lo que cambia la visión de crecimiento y desarrollo departamental, para ubicarlo en la macro región sudamericana y asumir la gran responsabilidad de administrar, dirigir y gobernar el poder regional desde el Altiplano Central que nos permitirá posicionarnos en Sudamérica para captar los superávit crecientes que Brasil obtiene en el comercio con los países de la región, en los que el superávit que genera por el comercio de productos manufacturados, al margen de la soya y minerales, es predominante lo que está generando en muchos casos incluso inconformidad de algunos países de nuestro continente por el dominio económico brasileño.
Las ventajas competitivas que tiene como ciudad Oruro permiten consolidar a nuestra capital como líder del desarrollo sostenible, mejorar la calidad de vida de los bolivianos y orureños en particular, a partir del emplazamiento del principal y primer centro económico nacional en el occidente del país, concretamente en el Municipio de Oruro, así podremos captar la ostensible presencia de empresas industriales de minería, ingeniería, construcción y hasta de servicios del Brasil que aplican una política de expansión territorial en Sudamérica.
Por estas razones nuestro vínculo directo con el norte de Chile, el sur del Perú y el norte de la Argentina, así como su conexión con el Sur del país pasando por Potosí-Sucre-Tarija, el norte de Potosí y principales provincias colindantes de Cochabamba y desde Caracollo-El Alto de La Paz y hasta Colomi en la cabecera del Valle Alto de Cochabamba, ratifica esa estratégica ubicación de Oruro para integrarnos y hacer los mejores negocios con el Brasil.
Ojalá esa decisión sea asumida por nuestras autoridades y no se encierren en una actitud local, dejando de lado la integración sudamericana que tiene que darse por Oruro para potenciar Bolivia y ser los directos beneficiarios de nuestra estratégica posición geográfica para demostrar que podemos cambiar nuestro futuro desde la competitividad territorial.
(*) Periodista
lapalabraencarnada@bolivia.com
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