Brasil condena a 23 policías por la matanza carcelaria de Carandirú
22 abr 2013
Fuente: Sao Paulo, 21 (EFE).-
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La Justicia brasileña condenó hoy (ayer) a 23 policías a 156 años de prisión por su responsabilidad en el asesinato de 111 internos en el complejo penitenciario de Carandirú de Sao Paulo, la peor matanza carcelaria de Brasil, ocurrida en 1992.
Los 23 agentes condenados hoy (ayer) asesinaron a tiros a trece presos que estaban en sus celdas y en los pasillos del pabellón nueve del complejo, donde se organizó un motín que desencadenó la sangrienta represión policial, en la que participaron 330 agentes.
El proceso se ha dividido en cuatro etapas debido al gran número de acusados, 79 policías en total, que deberán sentarse en el banquillo en los próximos meses.
En esta primera fase sólo se juzgaron quince asesinatos, dos de los cuales fueron excluidos del proceso a última hora puesto que las víctimas murieron por arma blanca, presumiblemente a manos de otros internos.
El jurado absolvió a tres reos de los 26 acusados, a petición de la fiscalía, puesto que no se encontraban en la planta donde sucedieron los hechos.
La abogada defensora, Ieda Ribeiro de Souza, afirmó que estos cambios de última hora reflejan que el sumario fue redactado de forma “apresurada, ridícula y risible, para satisfacer a los organismos internacionales” defensores de los derechos humanos.
Antes del juicio, Amnistía Internacional consideró que podría suponer el “principio del fin de un largo legado de impunidad” hacia los excesos de las autoridades en Brasil.
En estas dos décadas, el único que se había sentado en el banquillo fue el comandante que dirigió la operación, el coronel Ubiratán Guimarães, fallecido en 2006, que en 2001 fue condenado a 632 años de cárcel, pero nunca llegó a ingresar en prisión y fue absuelto después en una apelación.
Los agentes condenados hoy (ayer), que pasarán como máximo 30 años en prisión, pues esa es la mayor pena prevista en el Código Penal brasileño, permanecerán en libertad hasta que se agote la posibilidad de presentar apelaciones en instancias superiores.
Ribeiro de Souza afirmó a periodistas que la condena de los policías “no refleja la voluntad de la sociedad brasileña” y sugirió que la población está apoyando en las redes sociales que se perdone a los agentes del orden por la represión violenta a los presos.
La acusación trató de luchar contra esa idea, el fiscal Marcio Friggi dijo en su alegato final que los presos “no le importaban a nadie”, pero ninguno de ellos merecía que les aplicasen de forma sumaria una “condena de muerte”.
A lo largo de los seis días de juicio, el gobernador de Sao Paulo en la época, Luiz Antonio Fleury Filho, dijo al tribunal que la orden de entrada al penal “fue absolutamente necesaria y legítima”.
Fuente: Sao Paulo, 21 (EFE).-
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