De tiempo en tiempo y cuando se presentan problemas, salta a la palestra pública el tema de la Aduana Departamental y las deficiencias por las que atraviesa con la pésima infraestructura que todavía utiliza y no puede mejorarla, aún teniendo las posibilidades de hacerlo en una nueva instalación que demora demasiado en ser construida, pese a que dinero no falta, ya que la Aduana como tal y la regional de Oruro han incrementado sus ingresos.
Por lo que se sabe, autoridades nacionales de la Aduana Nacional dieron visto bueno para la construcción de una moderna y amplia instalación, fuera de la ciudad, en terrenos que tenían algunos problemas de saneamiento legal pero que finalmente fueron superados, aunque no del mismo modo lo que atañe a la construcción misma de la aduana y sus dependencias.
Continúa la ocupación de predios ya consignados a otro proyecto en el centro de la ciudad, en parte de dos manzanos entre las calles 6 de Agosto, Velasco Galvarro, Bolívar y Junín donde además se produjo hace tiempo un incendio que arrasó con parte de la antigua aduana, sin que siquiera ese hecho apure la decisión de trasladar las dependencias de la aduana a otros predios más amplios, cómodos y seguros.
A propósito del asunto, un parlamentario orureño denunció que una sección de los Depósitos Aduaneros de Bolivia (DAB) en su regional local gasta 40 mil dólares mensuales por concepto de alquiler de depósitos para mercadería incautada, se entiende fuera de los estrechos galpones de la instalación central, gasto que significaría al año la friolera de 480 mil $us, una suma que utilizada con sentido práctico permitiría costear la habilitación de predios propios, que sirvan a los fines de cuidar mercadería incautada, incluyendo vehículos decomisados que en la actualidad son desmantelados en depósitos improvisados.
Si bien se trata de secciones definidas para fines específicos de los DAB, que son varios entre los que se incluye uno en la Circunvalación no tienen “papeles saneados” mientras que los productos incautados están en franco deterioro, con los perjuicios para la propia aduana y también para comerciantes o importadores, legales o no pero con serio daño a todo lo incautado y descuidado en ambientes deficientes.
Hace meses se mencionó que existía el financiamiento apropiado para encarar la construcción de la nueva aduana, inclusive ejecutivos de la entidad aseguraron que se habían eliminado las trabas que impedían ese cometido, sin embargo a la fecha no hay información detallada al respecto y surgen severas críticas sobre gastos dispendiosos como el pago de elevados alquileres por depósitos improvisados.
El caso de la Aduana de Oruro ha motivado una serie de observaciones, inclusive alguna que comprometió gastos no autorizados para la compra de un bien inmueble en la zona Sur y ahora otro problema en los DAB, que obliga a una explicación en detalle de los responsables de esa entidad en nuestro medio.
Hay otro proyecto que se retrasa porque dos entidades no desocupan instalaciones que están en los predios destinados al Mercado Central, el caso de la Aduana y de la Policía Operativa de Tránsito, ésta última que también tiene un lugar donde instalarse pero que debe concluirse pues son varios años que no pasa de la obra gruesa que está en franco deterioro. Son problemas que deberían ocupar la atención responsable de nuestras autoridades.
Fuente: LA PATRIA
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