Nadie en su juicio y honesto criterio, podría negar que las hojas de coca poseen cualidades medicinales y pueden ser materia prima para producir gomas de mascar, pasta dental, vino y otros productos que podrían copar mercados, previa la aceptación y costumbre que adquieren las personas. Sirven las hojas de coca para el masticado por parte de muchos indígenas y campesinos porque se dice que evita el cansancio, amortigua el acicateo del hambre y ayuda a la curación o restauración de heridas menores producidas en el trabajo agrícola, ceremonias tradicionales de la cultura indígena son matizadas con el uso de la coca.
Diversas convenciones internacionales, muchas de ellas propiciadas por Naciones Unidas y a las que asistieron delegados de nuestro país, han reconocido la utilidad del vegetal; pero, por la derivación que se le da al industrializarla y convertirla en droga alucinógena – “pasta base” o cocaína cristalizada –, es rechazada porque invade los mercados en la calidad cierta de ser veneno mortal. Las Convenciones y reuniones internacionales han decidido no aceptar que sea aceptada la propuesta de legalizar la cocaína como sugirieron algunas personas y varios medios de comunicación porque se ha tomado conciencia cierta de su acción letal.
La situación de las hojas de coca en el concierto internacional, si bien aceptada por sus condiciones favorables para el ser humano, es rechazada terminantemente por los organismos internacionales y por los pueblos que tienen conciencia del inmenso daño que causa cuando es convertida en droga. Esta situación determina que haya desconfianza hacia el producto y, de paso, la misma hoja es rechazada, pese a los intentos de introducirla en los mercados por sus cualidades positivas.
Los empresarios de las drogas que se dedican al narcotráfico son los únicos partidarios fanáticos de la producción, comercialización y consumo de la droga; no trepidan ante nada con tal de imponer su voluntad para que “su” negocio prospere a costa de la salud y vida de quienes la producen y de los que la consumen. Por ello mismo, las drogas han causado a la humanidad más muertes que todas las guerras juntas; pero, la sed de más poder y dinero hace que no haya freno posible – salvo campañas de interdicción, prevención, educación y tratamiento –; pero, de todos modos, el narcotráfico ha adquirido mayor poder que el propio armamentismo, las guerrillas, el contrabando y la corrupción que son sus aliados directos o indirectos.
Pese a los ciertos o supuestos beneficios que tengan las hojas de coca, habrá que radicalizar con mucha energía las campañas de erradicación de los cultivos y emprender campañas duras contra la producción, comercialización y consumo de la cocaína de otro modo, habrá ganado el narcotráfico la gran batalla de la humanidad para preservar la vida y derechos de los habitantes del planeta; pero, fundamentalmente, los países ricos (los mayores consumidores) tendrán que combatir los altos índices de pobreza, mal que es causante de la fabricación de drogas.
Para tus amigos:
¡Oferta!
Solicita tu membresía Premium y disfruta estos beneficios adicionales:
- Edición diaria disponible desde las 5:00 am.
- Periódico del día en PDF descargable.
- Fotografías en alta resolución.
- Acceso a ediciones pasadas digitales desde 2010.