Desde hace varios años la ciudad corre el peligro de inundarse con aguas servidas por la presión que produce la gran cantidad de líquido del sistema pluvial en la época de lluvias, que según datos de meteorología se extenderán hasta el mes de mayo aproximadamente, por tanto es urgente solucionar un problema, que como ya lo explicamos en otros comentarios proviene del mal funcionamiento de las “bombas elevadoras” que se encuentran en pésimas condiciones y deberían ser reemplazadas a la brevedad posible.
Una vez que fue cambiado y ampliado el viejo sistema de alcantarillado se dejaron ciertas recomendaciones expresas para facilitar y garantizar el nuevo servicio y justamente entre otras la principal correspondía a “la urgente renovación de las bombas elevadoras” que casi una década atrás ya acusaban serias fallas en su trabajo y esperaban mínimamente un mantenimiento total.
No se cumplieron las recomendaciones y fueron varios prefectos que dejaron pasar el asunto —como si tal cosa— llegando a la situación actual en que el peligro de inundación de la ciudad es inminente si no se reemplazan las “muy cansadas” bombas elevadoras.
Una última referencia sobre el tema corresponde al prefecto de “transición” antes del actual, que impulsó el trámite para la adquisición de ese equipo en la Argentina logrando las cotizaciones correspondientes y faltando tan sólo una resolución expresa para el desembolso que hubiera asegurado la compra de las bombas y su instalación bajo supervisión técnica de los proveedores.
No hay una explicación válida sobre el incumplimiento a las recomendaciones de renovar las bombas impulsoras de aguas del sistema de alcantarillado y una vez más hay que lamentar la irresponsabilidad de funcionarios de la Prefectura que no priorizan las necesidades de servicio comunitario para la disposición de los recursos públicos en cosas útiles y no en trabajos de simple coyuntura.
Dada la situación de riesgo para la ciudad corresponde reactualizar el trámite de adquisición de las bombas, lo que permitirá solucionar por lo menos de momento el peligro de que las aguas servidas “vuelvan” a las calles y a los domicilios de gran parte de la ciudad.
Si hay necesidad de replantear una modificación en el sistema de colectores y posiblemente la construcción de nuevas cámaras con características tales que eviten “desniveles” es cuestión de orden mayor que sin embargo debería también considerarse en forma paralela a la renovación de bombas. En todo caso la consigna del momento debe ser garantizar el funcionamiento de las estaciones elevadoras y eso se logrará con equipo renovado.
No puede dejarse sin investigación y sanción el hecho de que una empresa que fue contratada para trabajos de mantenimiento haya desmantelado y abandonado las bombas con graves perjuicios para el sistema. Si alguien falló en el suministro de repuestos, desembolsos comprometidos u otros detalles, lo mínimo que se impone es un proceso y las sanciones de rigor. De momento se dio en el clavo… las bombas funcionan mal y hay que reemplazarlas.
Fuente: LA PATRIA
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