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Warning: session_start(): Cannot start session when headers already sent in /home/lapatri2/public_html/impresa/index.php on line 8 ¡No tengo tiempo!... - Periódico La Patria (Oruro - Bolivia)
¿Sabías hijo mío? hasta hoy no tuve tiempo para jugar contigo.
Encontré tiempo para todo, menos para verte crecer.
Nunca jugué contigo, siento que no me creas pero ¿sabes?, soy un hombre muy importante y no tengo tiempo, soy importante para numerosas invitaciones sociales, una serie de compromisos ineludibles dentro mi conjunto "cocanis”.
Y dejar todo eso para sentarme en el suelo contigo.
No, no tengo tiempo, un día viniste hasta mí con el cuaderno de la escuela, ni te miré, seguí leyendo el diario, a fin de cuentas, los problemas internacionales son más importantes que los de mi casa.
Nunca vi tu libreta de calificaciones, ni sé quién es tu maestra.
No sé bien cuál fue tu primera palabra.
De qué sirve saber las mínimas cosas de ti, si tengo otras grandes cosas que saber.
¡Ja, Ja! ¡Hombre como has crecido!
Ya superaste mi cintura, estás alto y no me di cuenta.
Mi vida es una carrera y no tengo tiempo, prefiero ir a la calle, si estoy en casa, me quedo enmudecido frente a la televisión, porque la televisión es muy importante y me informa mucho.
¿Sabes hijo mío?, la última vez que tuve tiempo para ti fue una noche nueve meses antes de que tú nacieras.
Hombre sé que te quejas, sé que sientes la falta de una palabra, de una pregunta mía, de que corramos a dar un puntapié a la pelota, ¡pero no tengo tiempo!
Sé que sientes la falta de un abrazo y de la risa, de una llamada telefónica o de caminar hasta el quiosco a comprar dulces.
Soy un hombre muy importante, tengo que atender a mucha gente, dependo de ellos, soy un abogado triunfador.
Hijo, tú no sabes nada de negocios, en realidad soy un hombre muy importante.
Quiero silencio, quiero tranquilidad y tú, tú, tienes la pésima costumbre de venir corriendo y echarte encima de uno, tienes la manía de saltar a los brazos de la gente.
Hijo no tengo tiempo para abrazarte, no tengo tiempo para hablar contigo así, sin ton ni son, ¿qué sabes tú de computadoras, de comunicaciones, cibernética, racionalismo? ¿Cómo puedo detenerme a conversar contigo?
¿Pero hijo? No, no, no, tengo tiempo, pero lo peor de todo es que si murieras, ya en este instante, me quedaría con un peso en la conciencia porque hasta hoy no tuve tiempo para jugar contigo y en la otra vida seguramente Dios no tendrá tiempo de dejarme al menos verte.
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