Son varias semanas en que los carros distribuidores de garrafas de GLP no asoman por varias zonas periféricas ocasionando una serie de molestias, principalmente a las amas de casa que deben extremar recursos para aprovisionarse del gas licuado, reemplazando con largas caminatas las pesadas garrafas y llegando inclusive hasta el centro de la ciudad, a las puertas de la oficina regional de YPFB donde algún carro distribuidor atiende medianamente la demanda vecinal.
Hace meses y debido a los constantes reclamos de los vecinos se comprobó una pésima distribución de garrafas a las empresas distribuidoras, además de que se instruyó que esos camiones sólo cumplan determinado recorrido en barrios periféricos, dejando sin el producto a centenares de familias.
Ya se sabe que las fallas en el abastecimiento del GLP a los barrios no es precisamente la responsabilidad de la jefatura de zona de yacimientos sino de una empresa intermediaria que tal parece está incumpliendo sus deberes de controlar, si de eso se trata, el trabajo de las distribuidoras de GLP, que entre otras cosas deben sujetarse a ciertas obligaciones especialmente dando preferencia a las amas de casa y no a negocios particulares donde les resulta muy cómodo vender y cobrar sin mucho andar.
Muchos barrios periféricos de la ciudad no tienen aún el servicio de gas domiciliario, por tanto dependen de los proveedores de gas en garrafas y distribuido por camiones ambulantes, los que, reiteramos, no están llegando a todas las zonas de la ciudad donde este combustible es elemento de primera necesidad básicamente para la preparación de alimentos.
Se formulan declaraciones señalando que “existe suficiente cantidad de GLP y que inclusive se cubre la demanda del sector provincial”, sin embargo en los hechos el reclamo vecinal es unánime al denunciar una mala distribución de GLP en varias zonas de la ciudad.
Es un tiempo propicio para recordar a los ejecutivos de zona de la petrolera que en Oruro ya se siente el descenso de temperaturas, anticipando un adelanto de la época invernal, justamente un período particular en el que se incrementa el uso del GLP, situación que debe ser tomada en cuenta para adoptar previsiones, pues en el tiempo inmediato si no hay una regular distribución de gas en garrafas la situación puede complicarse por la justificada reacción que asuman los vecinos en demanda de ese imprescindible producto.
A propósito del tema, una información reciente asegura que, a partir de junio próximo, la estatal YPFB venderá Gas Licuado de Petróleo (GLP) a empresas paraguayas con respaldo de la producción de 5.000 toneladas métricas del energético en la planta de Río Grande. Un buen negocio, por supuesto, pero que mínimamente necesita de una buena explicación tranquilizadora para los usuarios del GLP en el país, asegurando que también tendrán la suficiente cantidad de gas para cubrir la demanda nacional.
Actualmente no hay quien ponga orden en lo que corresponde a la venta del GLP, pues tratándose de un producto de primera necesidad para miles de hogares se hace necesaria la intervención de la autoridad competente, en este caso la Alcaldía Municipal, que verifique las denuncias y aplique sanciones a las empresas cuyos conductores incumplan sus obligaciones, además sería conveniente que la “oficina” controladora del abastecimiento de GLP haga conocer públicamente el detalle de empresas y fundamentalmente el área de sus operaciones, de modo que los infractores sean identificados y sancionados.
Fuente: LA PATRIA
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