El tiempo avanza inexorablemente y estamos compartiendo los primeros días del cuarto mes del año, lo que nos induce a un recuento urgente de los variados problemas que confronta nuestro departamento y que, por promesas más o compromisos menos, resulta que no hay soluciones que se anunciaron para el primer trimestre del año.
Está corriendo el segundo trimestre de la gestión en curso y comenzó con una serie de anuncios importantes asegurando la conclusión de algunos proyectos pendientes, pero además el inicio de otros especialmente en materia productiva que continúan siendo tan sólo palabras.
La demora en la construcción de un último tramo en la carretera Oruro – Pisiga, es algo que realmente preocupa y lamentablemente no hay autoridad que solucione ese problema que data de hace mucho tiempo y tiene visos de prolongarse porque no se aplican las sanciones que corresponden a la empresa que incumple reiteradamente sus obligaciones. Este tramo carretero es imprescindible para consolidar el corredor bioceánico que perfiló Oruro en la estrategia de su desarrollo departamental.
Otro hecho para lamentar es la serie de trabas que demoran la concreción del proyecto del Puerto Seco, igualmente con anuncios rimbombantes en la Gobernación para activarlo en los primeros meses de este año y llegamos a abril y el problema de ubicación del proyecto sigue siendo la causa para que sigamos viviendo de esperanzas. Falta voluntad política y decisiones profesionales para eliminar los problemas y habilitar el Puerto Seco.
En otros niveles, igualmente perjudiciales, existe un latente reclamo de vecinos y de los transportistas de servicio público por las malas condiciones en que se encuentra la Doble Vía Oruro – Vinto y que precisamente en pasados meses ha sufrido un deterioro de tal magnitud que hace peligrosa la circulación de todo tipo de movilidades. Las “rotondas” están en pésimas condiciones, la señalización para advertir los “rompe muelles” simplemente ha desaparecido hace muchos meses atrás. El puente de distribución en la confluencia de la avenida 24 de Junio y la Circunvalación no está plenamente habilitado y ocasiona innumerables problemas especialmente a los transportistas que deben utilizar dicho distribuidor para dirigirse a los destinos que están marcados en endebles letreros y algunos que han sido destruidos.
El atrevimiento de algunas autoridades de la Asamblea Departamental puede desatar una nueva reacción de los orureños en defensa de sus derechos, pues se ha señalado que “se espera una resolución superior sobre el asunto de la nominación del aeropuerto”. Para quienes buscan nuevos enfrentamientos, vale la pena señalar que ese asunto es un caso cerrado.
El otro problema que debería culminar en su tratamiento es el relacionado con la aprobación del documento y reglamento autonómico de Oruro para definir de una buena vez el perfil que corresponde al manejo administrativo de la Gobernación, ajustar las responsabilidades y poner en práctica todos los proyectos pendientes, pasando por una limpieza obligada de aquellos trámites retrasados, responsabilizando a los infractores para devolver a la población la confianza perdida en la administración pública.
El tiempo va pasando inexorablemente y el manifiesto atraso en atender los planteamientos del departamento puede derivar en justificados reclamos de la colectividad a través de sus organismos representativos, lo que significa una reactivación del movimiento colectivo de la orureñidad en defensa de sus derechos y exigencia de un trabajo efectivo de sus autoridades.
Fuente: LA PATRIA
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