Seguridad ciudadana, tarea de todos

Para generar polémica, sólo hablar de “Seguridad ciudadana” y los comentarios, los análisis y las explicaciones no se dejarán esperar.

La tecnología de punta usada por el crimen organizado, en el narcotráfico, el contrabando, el terrorismo, el tráfico de armas, los secuestros exprés, la trata y tráfico de personas en hechos impredecibles que alteran la actividad cotidiana, de nuestra sociedad, desafían al proceso de investigación de-

sarrollado por efectivos policiales para obtener eficiencia y eficacia, pese a limitaciones que se desplaza por la dedicación y profesionalismo.

Es cierto, la preocupación de todo gobierno, se centra en luchar contra la inseguridad, por tanto prevenir, es adelantarse a los hechos, acción poco comprendida en una población, muchas veces insensible en concebir y definir nuevas conductas de relación Policía – Sociedad, con pleno respeto a los derechos y garantías de las personas.

¿Ser parte de la solución, NO del problema, en seguridad ciudadana?

Será que, aún no se comprende que la “Seguridad ciudadana es tarea de todos” y que la seguridad empieza en casa y que cada uno de los estantes y habitantes, sin importar su condición o actividad es responsable de su seguridad personal y de su entorno.

Los principios de responsabilidad compartida, convivencia participativa y solidaridad social son base que construye seguridad, con precaución, y prevención para minimizar toda acción delincuencial que solo siembran terror y luto.

Es el momento, de reflexionar de forma proactiva, en ciertos hechos delincuenciales, que solo las víctimas son culpables:

El Cuento del Tío: es el ejemplo más común, el delincuente despierta la ambición de la víctima por obtener dinero fácil, quien soslaya que lo barato cuesta caro y que todo lo que brilla, no es oro, forma fácil para evitar ser estafado.

Es cierto, cualquiera puede ser víctima de trata y tráfico de personas, pero se puede evitar o por lo menos prevenir.

La trata, es una actividad criminal directamente asociada a la prostitución, al tráfico de drogas y órganos humanos, es la esclavitud (laboral o sexual) del nuevo siglo que involucra secuestro, violencia en víctimas que son reclutadas mediante engaños, falsas promesas de trabajo, traslado, explotación por sus captores, que las seducen, con la ilusión de ganar dinero fácil, encubierto por la fantasía del espectáculo y fama, para luego con amenazas, deudas, mentiras, coacción, obligan a sus víctimas a prostituirse y trabajar en condiciones infrahumanas.

Para evitar ser víctimas: desconfíe de toda persona desconocida que oferta contratos de trabajo en el interior o exterior del país.

RR.PP. FELCC.

Fuente: LA PATRIA