Jueves 04 de abril de 2013
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Este tiene que ser el nuevo eslogan para Bolivia. La quinua necesita expandirse, la polémica hoja santificada debe reducirse.
Tenemos que producir quinua para el mundo, y el mundo nos agradecerá los beneficios de sus cualidades nutritivas. No puede decirse lo mismo de la coca, y peor aún de su derivado estrella, el mundo agradecerá que no la exportemos.
El gobierno debiera crear una política para fomentar la producción de quinua a gran escala, en la parte occidental del País. Las 92.000 hectáreas que se siembran, según el Director de Planificación del Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras, Germán Gallardo (hoybolivia.com 24-02-13), son insuficientes para la demanda.
Una primera meta, sería sembrar 300.000 hectáreas/año, en la próxima década. Esto permitiría crear polos de desarrollo agrícola primero y agroindustrial después, en las deprimidas zonas andinas. La agricultura, con su fuerte efecto multiplicador sobre los sectores secundario y terciario de la economía, hará una diferencia cualitativa el desarrollo integral de estas poblaciones rurales.
Esta política tiene que comenzar dando al productor seguridad a jurídica sobre la tierra. Éste es un tema básico. El Poder Legislativo debiera crear una ley contra los avasallamientos de tierras, que tanta inseguridad jurídica generan, endureciendo las penas respecto a la legislación actual. El manejo político de la tierra, herencia del MNR, tiene que terminar.