La situación conflictiva que se vivió en nuestra ciudad y departamento, nuevamente se debió a acciones de tipo arbitrario, esta vez por parte de los representantes de la Asamblea Legislativa; que sin realizar una previa consulta a la población orureña, hicieron el cambio de nombre al Aeropuerto Internacional mediante la formulación de la ley 045. Ante esta acción tan impositiva e intransigente, era obvio que se iba a esperar una reacción por parte de los habitantes, que se pronunciaron mediante paros y movilizaciones pidiendo sobre todo, el respeto a la historia de Oruro.
Si uno se pone a analizar el origen de este conflicto, pues es simplemente una muestra de lo que se ve o aprecia de manera casi general; los representantes de la asamblea formularon el nombre del presidente con el fin de querer ‘quedar bien’ ante su ‘jefe’. Es decir, que actuaron por intereses particulares, y se lo debe remarcar aunque no se lo quiera asumir, en todo ente ya sea público o privado existe este proceder que muchas veces deriva en injusticias donde sólo unos cuantos son favorecidos.
Este tipo de actitudes dejan mucho que desear, primero porque se evidencia una vez más que la sociedad ha perdido sus valores tales como la solidaridad y el respeto; y que además provocó que existan diferencias de opinión, peleas y agresiones entre los mismos orureños, cuando todos deberíamos estar enfocados en un solo objetivo que es el crecimiento y desarrollo de esta tierra que nos vió nacer.
En algún momento se dijo que el grupo, que no estaba de acuerdo con el cambio de nombre del aeropuerto, era reducido, sin embargo se pudo observar que gran parte de la población se sumó a esta movilización. Cabe aclarar que, no es estrictamente por el nombre del presidente, la reacción hubiera sido por el cambio a cualquier nombre; lo que se pidió es que no se hagan más imposiciones de ninguna índole y que no se transgredan los principios y valores históricos construidos de nuestra región, que le dió un carácter cívico al movimiento que se llevó a cabo. Y si los partidarios del oficialismo lo calificaron y siguen calificándolo de político por la presencia de algunos personajes que representaban a otros partidos, no se puede negar que lo mismo ocurre dentro las líneas y grupos del gobierno actual. Es ineludible que se deben deponer este tipo de actitudes, porque van perdiendo credibilidad y el apoyo de la gente, y que cumplan lo prometido como es gobernar escuchando al pueblo.
Lamentablemente este tipo de situaciones no favorecen a los intereses comunes que existen en nuestro departamento; la población exigió respeto a la historia y también a la dignidad de la orureñidad, debido a declaraciones de manera despectiva de algunos componentes del oficialismo hacia los orureños. Creo que es necesario volver a mencionar que Oruro en determinado momento, llegó a constituirse el sostén del desarrollo del país; lo cual es parte de su rica historia que posee y que todos los conciudadanos llevamos ese orgullo.
El diálogo conjunto de las instituciones representativas y mediáticas, llegó a poner fin al conflicto con un acuerdo que anula la parte jurídica de la ley 045, además con la consulta acerca de las potestades hacia al Tribunal Constitucional y un posible referéndum a los ciudadanos para elegir el nombre del Aeropuerto. Si uno no quisiera atravesar lo vivido en los días precedentes sería coherente cerrar este capítulo, y que los dos últimos puntos del acuerdo solo sean referenciales; porque si se insiste en hablar sobre este tema, saben las autoridades y representantes departamentales que perderán todo el apoyo que el pueblo orureño les brindó en su momento para ocupar los importantes cargos que desempeñan actualmente.
A partir de ahora se debe luchar en forma conjunta por las diversas demandas regionales que se tienen, sin imponer condicionamientos, sin generar ningún tipo de susceptibilidades y no estar enfrentados unos con otros, ya que simplemente nos perjudicamos entre nosotros mismos. Es preciso demostrar tanto a nivel institucional como social, que la unidad prime en nuestro departamento; sólo así estaremos enmarcados en el camino del desarrollo y podamos resaltar la frase tan memorable: “EL PODER DE TUS BRAZOS ORURO”.
(*) Es economista y analista
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