Ha transcurrido más de una semana y el asuntico del aeropuerto de Oruro y la ratificación de su designación como Juan Mendoza ha dejado una lección a los orureños, especialmente sobre el valor de sus hechos históricos, notables por el reconocimiento del pueblo a esas figuras que marcaron con hechos positivos su paso por su tierra natal.
Claro está que no faltan ciertos individuos, en su mayoría políticos, que ignorando esos valores pretenden imponer sus ideas partidarias desmereciendo los más trascendentales actos de valor y heroísmo que no pueden ser postergados por entusiastas reacciones hormonales, propias de circunstanciales errores humanos.
Los pretendidos justificativos de ciertos funcionarios señalaron un factor de “gratitud” hacia el Mandatario del país porque decidió dotar a Oruro dizque de un Aeropuerto Internacional, una razón suficiente para cambiar el nombre del aeropuerto. Empero las cosas no son tal como las presentan los que ignoran historia y valores. Primero que nadie en Oruro desconoce el cumplimiento del Señor Presidente del Estado Plurinacional, con una promesa que hizo en muchas ocasiones a los orureños para satisfacer un anhelo popular que se incluía muchos años en repetidos pliegos petitorios, como muchos otros, por ejemplo el Puerto Seco o el Parque Industrial.
Pero salió el proyecto del aeropuerto y su ampliación, se dispusieron fondos públicos y Oruro sintió de veras el beneficio de la modernización de su estrecho aeropuerto. Una obra para agradecerla permanentemente, como seguramente no se habría objetado nada, si realmente se erigía otro aeropuerto en otra superficie del distrito, allí donde no había registrado incluso a nivel internacional un aeropuerto con nombre y apellido.
Resulta que revisando ahora un registro de aeropuertos del país son casi 40, varios son los que llevan nombres de ilustres ciudadanos de varias regiones, por ejemplo el aeropuerto de Cobija, se llama Cap. Aníbal Arab Fadul; el de Cochabamba, Jorge Wilsterman; el de Oruro, Juan Mendoza; el aeropuerto de Sucre se llama Juana Azurduy de Padilla; el de Potosí, Nicolás Rojas; el de Tarija, Cap. Oriel Lea Plaza y el de El Alto que fue John Kennedy; Cap. Jorge Henrich de Trinidad; Cap. Juan Cochamanidis de San Ignacio de Velasco; Cap. Vidal Villagomez de Vallegrande; Salvador Ogaya de Puerto Suárez; Cap. Germán Quiroga de San Borja, Tcnl. Rafaél Pabón de Villa Montes entre otros que llevan asignaciones afines a los sitios donde han sido emplazados, sólo como ejemplo y que con seguridad no cambiarán su histórica y honrosa denominación si son objeto de ampliaciones o algunas remodelaciones.
El asunto no tiene relación con supuestas “majaderías”, posición que utilizó un desafortunado parlamentario al cuestionar la reacción orureña, que finalmente y luego de largo periodo logró que se anule una atrabiliaria “ley departamental” que ya no merece ser analizada por ningún tribunal, pues así como se aprueban también pueden abrogarse las malas leyes.
Pero a propósito del tema circula la versión de que todavía no se han cumplido los fines y objetivos que alcanzó la movilización masiva y unida de la orureñidad y que obliga a reponer con todas las de la ley la nominación que merece el Aeropuerto Juan Mendoza de Oruro y con un digno, notorio y respetable letrero. Así de claro, lo contrario significa que todavía existen dudosas y malas intenciones entre algunos resentidos personeros del oficialismo.
Fuente: LA PATRIA
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