Jueves 07 de enero de 2010
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Frases como: “iniciamos un año lleno de esperanzas...”, o “... con la esperanza de que este nuevo año...”: son usadas con mucha boga durante las fiestas de fin de año como una forma de motivar a las personas a quienes van dirigidas esas palabras, de manera que puedan reiniciar sus actividades en el nuevo año con una mentalidad positiva, buscando siempre el bienestar de toda nuestra sociedad.
No obstante, existe pesadumbre en algunas personas que sobre los hechos ya sucedidos aún pretenden dar explicaciones analíticas que va bien para la estadística, pero para nuestra realidad, no hace más que caer en saco roto, por su visión más política que democrática. Tratar de lamentarse preguntándonos una y otra vez: ¿para qué votar,...? Después de haber votado, cuestionando una democracia imperfecta, como si en este mundo existieran cosas perfectas; no hacen otra cosa más que mermar nuestras esperanzas, de construir y luchar por una democracia más justa e incluyente.
Todas las democracias del mundo son imperfectas y en nuestro país mucho más, no fue perfecta en el pasado, ni lo es en el presente, pero vivimos en democracia. Lo sostiene el editorial del día de ayer con referencia al "nuevo congreso", "entre Congreso parlamentario y asamblea legislativa hay sólo diferencia semántica, la responsabilidad de legislar y aprobar leyes seguirá siendo su fundamento". Recordemos que estamos a puertas de una nueva época electoral, donde la participación de cada uno de los ciudadanos y ciudadanas será indispensable para definir el futuro de las regiones y por qué no decirlo, de nuestro país en su conjunto.