Los días de la infamia en la fraternidad latinoamericana

Tomando muy en cuenta el tratado que nadie sabía del 23 de enero de 1865 expuesto por el Dr. Rodolfo Becerra de la Roca recientemente, en el cual se estipula la Unión Alianza Defensiva, y la conservación de la Paz y Armonía, entre las Repúblicas de Bolivia, Colombia, Perú, Chile, Ecuador, El Salvador, y Venezuela, firmándolo por Bolivia. Juan de la Cruz Benavente y por Chile Manuel Montt.

El objetivo principal del mencionado tratado era muy loable se dijo, garantizarse la paz, independencia, soberanía, la integridad de sus respectivos territorios, los comprometía a no hostilizarse y no acudir al empleo de las armas al poco tiempo después; Chile hace todo lo contrario como ya lo mencioné líneas arriba.

Entonces está claro que firman por contener nuestros justos reclamos, mienten, se burlan como ya lo hicieron siempre, con el enfoque fresco, la confianza mutua, la famosa agenda de los trece puntos, referéndum, que el trámite debe ser bilateral; sin tomar en cuenta para nada que la OEA, en la 9na. conferencia de fines de octubre del 1979 con la resolución 426 terminantemente dijeron que este litigio es hemisférico y continental.

LA INTEGRIDAD DE DON LADISLAO CABRERA

El 16 de marzo, se presentó en Calama un parlamentario chileno. Entregó al señor Cabrera un mensaje del comandante de las fuerzas que se encontraban en Caracoles demandando rendición. Don Ladislao Cabrera contestó que ni la tropa que lo seguía ni él estaban dispuestos “a aceptar o someterse a la intimidación que se hacía; y que cualquiera que fuese la superioridad de sus contrarios defenderían hasta el último trance la integridad del territorio boliviano. Que sepa Chile que los bolivianos no preguntan cuántos son sus enemigos para aceptar el combate”.

El cruce de fuegos comenzó a las siete de la mañana los invasores divididos en dos columnas avanzaron dispuestos a cruzar el río por los puentes Topáter, Carvajal encabezado por unidades de caballería los puentes habían sido destruidos por orden de Cabrera. Dice un cronista chileno, Félix Navarra los chilenos avanzaron muy confiados fueron recibidos con descargas de fusilería por los bolivianos bien parapetados en la orilla opuesta al río Loa, los bolivianos envalentonados con la retirada de los rotos con un valor digno de ser reconocido salieron de sus parapetos y tendieron con tablas un puente provisorio y persiguieron a los invasores; los actores de esta valiente acción eran el Mayor Juan Patiño, el Sr. Eduardo Avaroa, el oficial Burgos y ocho rifleros.

EL VALOR DE DON EDUARDO AVAROA

El 23 de marzo luchó con inquebrantable decisión don Eduardo Avaroa, no le bastó quedarse en una de las trincheras del Topáter cruzó el río encabezado por el mayor Patiño, el oficial Burgos y los ocho rifleros, Patiño, Burgos y los soldados cayeron prisioneros, él permaneció en una zanja oculto y armado del Winchester que llevaba desde el principio y de otros caídos el peón que vino con él desde San Pedro de Atacama le ayudaba a cargarlos, Avaroa era tan Quijote que tenía hasta su escudero.

El subteniente chileno Carlos Sauper, narra en una carta que se publicó en un diario de Valparaíso lo siguiente: “Cuando el enemigo desamparó las trincheras fuimos avanzando, llegamos a un cerco donde habían muchos matorrales nos sorprendió constatar que desde dentro hiciera fuego a más de cien hombres; pues, amigo, nos dio balas duro y fue imposible pillarlo por mucho que se le buscaba mas, el combate unipersonal de Avaroa contra los chilenos no pudo durar sino lo que duraron sus balas cuando llegamos hasta la zanja lo encontramos apoyado en una de las paredes sucio de pólvora, sangre, tierra, y moribundo y tratando de mantenerse en pie pese que con el desangre de muchas heridas había perdido mucho de su vitalidad.

Se le intimó rendición, Avaroa contestó con voz ronca y un fuerte rugido QUE SE RINDA SU ABUELA C... Los mismos chilenos lo enterraron la tarde del 23 de marzo en el cementerio de Calama. Su epitafio habría podido ser su propia frase soy boliviano, esto es Bolivia y aquí me quedo por defender a mi tierra de los invasores chilenos.

Honor y gloria eterna a los valientes combatientes que murieron en defensa de nuestro Litoral; que son los siguientes:

Cnl. Ceverino Zapata, Cnl. Fidel Lara, Tcnl. Emilio Delgadillo, entre jefes, oficiales, y soldados más algunos civiles sumaban solamente 135 bravos defensores para la lucha, les sobraba coraje, pero fes faltaba lo más esencial, armamento adecuado, a diferencia de los chilenos que estaban bien preparados con mucha anticipación de más 40 años desde 1840; y ni qué decir de la niña Genoveva Ríos, que salvó nuestra enseña patria del ultraje de los invasores ocultando la misma entre sus ropas.

Nota: Reitero una vez más; que los gobernantes chilenos nunca han actuado de buena fe, y su amistad es falsa; aparte de su tozudez para encarar y solucionar nuestro derecho legítimo de reivindicación de lo que fue nuestro.