En los últimos días han aflorado con mayor fuerza los sentimientos bolivianos en la justa demanda marítima, que ahora y por decisión de una reunión de exmandatarios y cancilleres del país será considerada como “Política de Estado” y su vigencia será permanente por encima de cualquier gobierno.
Estamos en la fecha de recordación del infausto acontecimiento que cercenó nuestro territorio y que por la avidez expansionista del país vecino, alentado además por el poder extranjero, no vaciló en aprovechar una situación coyuntural para ocupar el rico territorio boliviano, que desde entonces da vida a la nación invasora y resta ingresos y derechos a un país soberano que nació con mar, sus playas e importante riqueza natural.
Como sucede desde hace muchos años en Bolivia recordaremos el Día del Mar, en la ocasión se cumplirán 134 años de la invasión chilena de 1879, un asunto que años más adelante quedó sellado con el Tratado de 1904 que Chile arguye constantemente y que lo incumple de igual manera, negándose a revisar dicho acuerdo que actualmente es vulnerado abiertamente, situación que ignora la superioridad política de La Moneda.
Frente a esos hechos que se han profundizado desde la asunción al poder de Sebastián Piñera, el Gobierno Boliviano cansado de insistir en el diálogo ha resuelto encarar la defensa de sus derechos en las cortes de justicia internacional y los más importantes foros de organismos multinacionales, donde los argumentos bolivianos son comprendidos e impulsan una corriente de justicia, que más tarde o más temprano tendrán que entender los políticos chilenos para restituir a Bolivia su territorio usurpado.
Hay una agenda pendiente que avanzó lentamente con el gobierno de Michelle Bachelet y que con 13 puntos anotados, incluye lo relacionado con la demanda marítima boliviana, aspecto que no sirvió para continuar en debate ante la tozuda posición del actual presidente chileno.
Se han producido muchos hechos directamente propiciados por la política externa de Chile que han tensionado las ya frágiles relaciones con Bolivia, uno de esos últimos fue la detención indebida e injusta de tres soldados bolivianos cuando efectuaban tareas de control para evitar el contrabando de vehículos en el límite fronterizo de ambos países y procedente justamente del interior del país vecino, ese contrabando que es permanente y que daña la economía nacional.
El asunto como se observa en la actualidad tiene otro ingrediente que resulta muy importante al interés de Chile, que incluso ha reclamado su participación en un acto de inauguración de un corredor bioceánico que será inaugurado en breve y consigna un corto tramo en Brasil, uno largo por Bolivia que llegará hasta el Pacífico, originalmente en puertos chilenos y que ahora puede desviarse a puertos del Perú, dadas las condiciones dilatorias de Chile que “sólo nos hace perder el tiempo”, tiempo que justamente ha decidido recuperar Bolivia a través de una última resolución que define el reclamo marítimo como una Política de Estado.
De aquí en adelante Bolivia cumplirá una actividad diplomática de “puerta a puerta” para buscar países aliados que apoyen los fines pacíficos en pos de recuperar el Mar usurpado en una guerra injusta y desigual. La política de Estado definirá además una estrategia especial, en la que necesariamente debe considerarse la negociación futura, incluyendo al Perú que tiene la otra llave del candado, que cierra herméticamente Chile, para abrir una posibilidad de solidaria solución al enclaustramiento marítimo de Bolivia.
Fuente: LA PATRIA
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