Sorprendentes las últimas declaraciones de don Marcelo Elío, diputado por Oruro, declaraciones con sabor a poco, declaraciones que traslucen fanatismo y resultan incomprensibles en un profesional de la comunicación social que debería caracterizarse por tener mayor ubicuidad en cualquier contexto, a más de un sentido común que comprenda el reclamo de las mayorías.
En fin, será la historia la que juzgue si el actuar de don Marcelo está bien, o quizás tengamos que recordar de aquí en unos años más que la actuación fue simplemente patética.
LO POLÍTICO
Resulta ya cansino referirse a esto. Dirigentes de las instituciones movilizadas insisten en aclarar que aquí no hay nada político, en el sentido de querer derrocar al Gobierno. Y claro que no hay nada. Pero los asambleístas y don Marcelo insisten en decir lo contrario y esto ya resulta chocante en grado extremo.
Es que el sentimiento cívico de orureñidad que reclama respeto a la historia de la patria chica está muy por encima de mezquindades políticas. Y esto se advierte muy fácilmente en la contundencia y disciplina de las movilizaciones.
Es que, don Marcelo (y aclarémoslo de una vez) a la gente no le interesa si los del Comité Cívico son del UN, del MSM o del MIR; eso es irrelevante ahora. A la ciudadanía le interesa que su aeropuerto siga llamándose como siempre se llamó y en esto coinciden miles y miles de personas, incluso las que votaron por don Evo. ¿Vio usted la multitudinaria marcha del viernes 15? Esa es la realidad. ¿Cómo se explica usted que tan pocos convoquen a tantos?
GUERRA SUCIA
Los últimos argumentos del oficialismo demuestran ya que hombres y mujeres parecen estar al borde de un ataque de nervios. Descalificar la personalidad de Don Juan Mendoza con supuestas aclaraciones e indicaciones de su vida, no parece nada ético cuando el hombre ya no está en vida. En todo caso ¿por qué no lo hicieron de inicio?, ¿por qué ahora?, ¿es el último as bajo la manga?
El diputado Elío minimiza el logro de Juan Mendoza, diciendo que la aviación fue un hobbie. Aún si así fuese, Mendoza hizo que Oruro entrara en la historia, teniendo al primer piloto en el primer vuelo sobre cielo boliviano, a similitud de otras primicias que son privilegio de esta ciudad como ser: la primera ciudad que tuvo un equipo de fútbol, la primera ciudad que conoció el asfalto, la primera ciudad que estrenó telefonía y la primera en la que se condujo un automóvil. Entonces uno de los orgullos orureños no puede ser ofendido así.
¿UN LETRERITO?
El Diputado dice no entender por qué se dan movilizaciones por “un letrerito”. Es que no se trata de un “letrerito”, don Marcelo. Como comunicador usted debe y tiene que saber la historia de los hermanos Orville y Wilbur Wright con el primer vuelo en Kitty Hawk el 17 de diciembre de 1903. Si bien fue un vuelo corto, por el significado y el hecho ya entró en la leyenda de la humanidad para siempre. ¿Se atrevería a llamar a aquello “un vuelito”? Salvando distancias y hechos, lo de Juan Mendoza es algo que enorgullece a Oruro.
Pero, aun si fuese un letrerito, entonces resulta incomprensible para nosotros que el respetado y gran nombre de su excelencia quiera ser cambiado por algo tan simple.
Don Evo Morales, a estas alturas ya tiene méritos, nadie lo va a negar; y, seguramente seguirá haciendo méritos más adelante. De hecho, tal como van las cosas parece tener seguro el triunfo para la próxima elección. Entonces un poco más de paciencia sería lo más acertado y otras obras de mayor envergadura y a nivel nacional acaso merezcan con justicia el nombre de su excelencia. Pensemos un poco más y no caigamos en el nerviosismo.
(*) Comunicador Social
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