El desesperado intento por mantenerse en el Poder no tiene escrúpulos y cualquier medio para quedarse en el gobierno, es válido. Eso hizo que el heredero aspirante a la presidencia de Venezuela utilice el maltrecho cadáver de su exjefe, y lo convierta en trofeo propagandístico del actual régimen bolivariano.
Si el candidato chavista en las próximas elecciones no tiene respeto a la muerte, seguro, que no tendrá tampoco respeto a la vida, en el supuesto que gane en las urnas. Mantener el cadáver de Chávez expuesto al público, es jugar con los sentimientos de los venezolanos; de aquellos que realmente respetaban al anterior presidente y de los otros que se acercaban a él sólo por intereses subalternos.
Pero, la desesperación por mantener al régimen en el Poder, no es explicable tan sencillamente. No es el Poder por el Poder; es, el miedo a explicar todo lo que hizo el Sr. Chávez. Es dar cuenta a la población venezolana qué se hizo, la inmensa fortuna que ingresó al país por la venta de hidrocarburos. Tres millones de barriles de petróleo a cien dólares, para simplificar cuentas, montan trescientos millones de dólares diarios, más de cien mil millones de dólares por año. De lo que no queda casi nada.
Como se publicó en el diario El Tiempo de Bogotá. “Los aspirantes a mandar saben todo lo que tienen que ocultar. Y saben que no podrán hacerlo si el poder se les escapa. Un poder judicial digno, una opinión independiente, una Fiscalía decorosa y todo volará en átomos. Lo que no es permisible ni aceptable. Las víboras se lanzarán implacables contra cualquiera que pretenda penetrar en su nido de maldades. La cuestión es de supervivencia, que genera solidaridades feroces, odios y recelos incontenibles. Chávez era el mago que lo tapaba todo. Muerto Chávez, como está muerto, cada uno se preocupa por lo suyo y lo defenderá a dentelladas...”
“Los hermanos Castro serán los primeros. Esa cifra que fluctúa entre cinco y diez mil millones de dólares por año, regalo del “Comandante”, explica que Cuba no haya tenido que rendirse. Y queda lo que Chávez regaló a Nicaragua y comprometió en Bolivia, en Ecuador y en Argentina. Y lo que se alzó la boliburguesía, esa mezcla de militares corruptos y civiles arribistas que mandan y roban en Venezuela...”. Y el propio Chávez, cuya fortuna se dice que llega a los dos mil millones de dólares.
La preocupación de lo podría venir, invadió no sólo el ánimo decaído de los chavistas, sino también de muchos gobernantes de la región que han recibido “los favores” del extinto presidente: “...porque, de ellos también será la responsabilidad de explicar qué hicieron con el dinero de los venezolanos. A Chávez le llegó su hora. Sus cómplices temen que la suya también”. Y eso explica la opereta y la falta absoluta de respeto a un cadáver, que aún les sirve como propaganda para proseguir en el Poder, como una forma de seguir ocultando lo que se hizo de un país rico, pero a la vez pobre por no tener suerte de elegir a sus gobernantes.
Nada justifica la irrespetuosa actitud de llevar el cadáver en inagotables travesías y el hecho de mantenerlo visible aún de muerto, embalsamado, para que los venezolanos, con lágrimas aún en los ojos, acudan a las urnas y voten por el heredero nombrado a dedo. Se olvidaron que en el año 2009, como presagiando lo que iban hacer con él, Chávez dijo: “La exposición de restos humanos es una “barbarie” -protestó- y ordenó clausurar la exhibición Bodies Revealed, que presentaba 13 cuerpos disecados y 219 órganos. “Esto es la barbarie (…) -dijo- restos humanos expuestos en nuestra nariz. Es un signo de la inmensa descomposición moral.”. Pero, sus seguidores ávidos de Poder, olvidaron esas palabras. Todo vale para manipular los sentimientos del pueblo y conseguir sus votos. No importan los medios que se utilicen; hasta los muertos valen.
Por lo menos... esa es mi opinión
Para tus amigos:
¡Oferta!
Solicita tu membresía Premium y disfruta estos beneficios adicionales:
- Edición diaria disponible desde las 5:00 am.
- Periódico del día en PDF descargable.
- Fotografías en alta resolución.
- Acceso a ediciones pasadas digitales desde 2010.