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Sábado 16 de marzo de 2013

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Revista Tu Espacio

El psicólogo responde

16 mar 2013

Fuente: LA PATRIA

Por Lic. Carolina I. Mena Medina

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Licenciada, soy madre de tres niños de once, nueve y seis años. Mi marido no tiene ninguna autoridad con los hijos. Los niños son malcriados, no quieren comer, escogen la comida, hay que obligarles a hacer sus tareas, ven tele todo el tiempo y hasta tienen televisores en sus dormitorios. Hablan malas palabras, están peleando, gritando, llorando y molestándose todo el tiempo. Se les escucha jugando hasta a la una de la mañana.

Mi esposo se retira al dormitorio, sube el volumen de la tele e ignora lo que está pasando al lado.

Yo trato de imponer disciplina, pero me ven como la mala de la casa. Toda la responsabilidad la tengo que asumir, él no va ni a las reuniones del colegio y se conforma con comprarles todo el tiempo tonterías que no merecen.

No me gusta el ambiente de mi propia casa. ¿Qué podríamos hacer?

Querida amiga:

Realmente el concepto de disciplina es algo que en su familia no se conoce, la autoridad es algo que con el tiempo uno llega a adquirir, ojo que autoridad no significa mandar sino ayudar a crecer. Es algo que hoy en día los padres de familia no lo tienen en claro y es por eso que hasta ellos resultan confundidos.

Es importante que ambos participen en la educación de sus hijos manteniendo la calma y haciendo saber que los adultos son ustedes, de nada sirve imponer disciplina levantando la voz o exasperándose o perdiendo la calma.

Los niños aprenden del ejemplo y la coherencia. ¿Qué clase de respuesta se espera de ellos si no se ve comunicación entre ustedes como padres y más aún si uno de ustedes los ignora?

En su caso el problema es el padre más que los niños, usted no puede sola. Si está el padre y existe, es responsabilidad de él también tomar parte en la correcta educación de los niños.

Los halagos y recompensas que ustedes tengan como padres deben ser oportunos asertivos, es decir, en el momento preciso con el hijo de acuerdo a su personalidad. No confundamos el amor y el afecto con las cosas y recompensas materiales, los niños crecen con un criterio equivocado con respecto a esto.

Debemos querer a los hijos con la misma magnitud y grado a cada uno tomando en cuenta su personalidad y características, cada uno recibirá y dará respuesta diferente al amor y afecto entregado.

Recuerde que la comunicación es importante en el marco armónico y calmado.

Mientras su esposo no asuma la responsabilidad y rol que le corresponde no habrá mejorías, asista a un profesional para que pueda ayudarla.

Lic. Carolina I. Mena Medina

Consultorio: “La Casa está linda”

Dirección: Sucre No.886 esq. Washington

Telf.: 5251326

psico_menaan@hotmail.com

Fuente: LA PATRIA
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